Limón & Vinagre | Artículo de Josep Maria Fonalleras

Elly Schlein, el pollo, la polea y la izquierda

Parte de una posición radical, que abarca el ecologismo y el feminismo, y la lucha contra el neoliberalismo y las desigualdades, con un desparpajo atractivo, una oratoria encendida y una alta capacidad para crear imaginarios icónicos

zentauroepp54926651 14 09 2020 mas domingo entrevista a elly schlein   copyright200915151456

zentauroepp54926651 14 09 2020 mas domingo entrevista a elly schlein copyright200915151456 / OFICINA DE PRENSA DE ELLY SCHLEIN

Josep Maria Fonalleras

Josep Maria Fonalleras

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Para entender qué puede significar el fenómeno Schlein en Italia, debemos empezar la historia un año antes de que la joven jurista naciera en Lugano, de padre estadounidense y madre italiana. Vamos a 1984, pues. En el funeral de Enrico Berlinguer, el PCI demostró que había sido y que era el partido comunista más potente de Europa, circunstancia que se confirmó poco después con la victoria –casi 12 millones de votos– en las elecciones al Parlamento Europeo. En 1991, engullido por la ola de la caída de la Unión Soviética, desapareció y se convirtió en el PDS (Partito Democratico della Sinistra), que tuvo un momento de gloria con la coalición L’Ulivo. De ese olivo diverso, en 2007 nació un esqueje que se llamó Partito Democratico (PD). Cuento todo esto, sin entrar en más detalles (la política italiana es un complicadísimo videojuego), para llegar a la conclusión de que las cenizas de Gramsci, poco a poco, lentamente y persistente, se fueron convirtiendo en una acumulación descabellada de tendencias, un revoltijo cada vez más socialdemócrata y cada vez más derechista, hasta llegar a 2013, cuando Letta pacta con Berlusconi y cuando 101 parlamentarios del PD votan en contra del candidato del partido, el reconocido y serio Romano Prodi, como presidente de la República. Sin embargo, la cosa no acaba aquí: Matteo Renzi, primer ministro del PD, también pacta con el demonio una dudosa reforma electoral, y entonces ya estamos en la actualidad, donde Enrico Letta presenta su dimisión tras perder contra Meloni.

Ahora aparece Schlein. Elena, más conocida como Elly Schlein, ex diputada en el Parlamento Europeo y ex vicepresidenta de la región de Emilia-Romagna, diputada en Montecitorio y “astro en ascenso de la política italiana”, como la ha calificado 'The Guardian'. Sin ser militante, se presenta como independiente para ser la nueva dirigente del PD, en las próximas primarias.  Lo ha dicho en un acto en la sala de fiestas Monk, de Roma, con esta aseveración: "Quiero hacer que el PD reencuentre una identidad de izquierdas clara, comprensible y coherente". Y lo ha hecho desde una posición radical, que abarca el ecologismo y el feminismo, y la lucha contra el neoliberalismo y las desigualdades, con un desparpajo muy atractivo, una oratoria encendida y una alta capacidad para crear imaginarios icónicos. En el mitin de clausura de la campaña de las legislativas, se enfrentó a la católica, apostólica, romana y tradicional Meloni con estas palabras: “Quiero a una mujer, no soy madre, pero no por eso soy menos mujer”. También lo había hecho en 2019, en el momento en que se preparaba para luchar contra Matteo Salvini en las regionales de Emilia-Romagna. Le esperó fuera de un restaurante y le plantó cara, en plena calle, con una pregunta sobre su incomparecencia parlamentaria en relación a las leyes de inmigración. Salvini, descolocado, abocado a contemplar su hipocresía, hizo ver que consultaba el móvil y tardó 81 segundos en contestar...con evasivas. En esos comicios, Schlein fue la más votada y evitó que la región de Bolonia fuera a parar a la extrema derecha.

De ascendencia judía ucraniana (los abuelos paternos, askenazís, emigraron a Estados Unidos desde Lviv), siempre en la órbita del PD, pero desde la distancia crítica, participó en la campaña de Obama, protagonizó el movimiento “#OccupyPD” para protestar contra aquella alevosía del partido que ya hemos visto, ha llevado a cabo acciones imaginativas de todo tipo, ha roto con el partido a raíz de la posición de Renzi (que también hemos visto: “Ha reducido a cenizas el PD y después se ha pirado”), y ahora se postula como la gran esperanza blanca de la izquierda.

Los detractores dicen la suya. Desde 'Libero', el polemista Alessandro Salusti la califica de “comunista, anticapitalista, tercermundista, utopista y, sobre todo, muy ambiciosa. Preparémonos para reír un rato, porque esta chica nos lo hará pasar bien”. Y Fulvio Abbate, un pendenciero anarcoide, que tanto habla de Durruti como participa en 'realities' televisivos, considera que es “una jovencita burguesa, muy protegida por la familia acomodada y distante de lo que de verdad significa ser de izquierdas”. Y pone el ejemplo de su perfil en Twitter: "Salvaremos el mundo con un pollo de goma con una polea". Parece un mensaje esotérico, pero corresponde a una escena del videojuego 'The secret of Monkey Island'. en la que el protagonista salva un obstáculo enganchado a un muñeco en una tirolina. Esto, Gramsci quizás no lo entendería.

Suscríbete para seguir leyendo