Artículo de Xavier Martínez Celorrio

Elevar el nivel educativo

Los resultados han bajado tras el impacto de la pandemia, como era esperable. La anomalíaes no haber aprovechado para rehacer el consenso educativo que ni está ni se le espera

Barcelona 15/06/2020 Coronavirus Covid-19 alumnos de sexto de primaria del Institut Escola Antaviana en el barri de Roquetes van a clase siguiendo los protocolos de seguridad FOTO de FERRAN NADEU

Barcelona 15/06/2020 Coronavirus Covid-19 alumnos de sexto de primaria del Institut Escola Antaviana en el barri de Roquetes van a clase siguiendo los protocolos de seguridad FOTO de FERRAN NADEU / FERRAN NADEU

Xavier Martínez-Celorrio

Xavier Martínez-Celorrio

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A finales de julio, el Departament d' Educació publicó los resultados de la evaluación de competencias básicas de 4º de ESO y, a finales de octubre, los de 6º de Primaria. Ambas son pruebas del curso pasado 2021-22, todavía sometido a las restricciones por la pandemia. Ahora, la comunidad educativa ha recibido con sorpresa un 'power point' del Departament, de tan solo 18 pantallas, que sintetiza los resultados en ambas etapas. En paralelo, se han anunciado medidas de respuesta no dialogadas ni contrastadas que ponen todo el foco en el profesorado y su formación didáctica. 

Es una manera tecnocrática, adanista y unilateral de hacer política educativa, sin dialogar con la comunidad educativa y sin hacer un balance a fondo sobre las necesidades y puntos débiles que la pandemia ha puesto en manifiesto, acordando los grandes desafíos de país. Ha sido otra ocasión perdida para rehacer un consenso educativo que ya no existe en Catalunya ni se busca con una osada autosuficiencia irresponsable. La mochila del sistema es muy pesada y compleja, mucho más ahora tras la pandemia, y si crees que tú solo puedes con todo puedes provocar daños institucionales que luego costará recuperar.   

Los resultados han ido a la baja, algo ya esperable por tres factores: el efecto pandemia, el aumento de la pobreza infantil y el desgaste emocional, tanto de alumnos como docentes. Sobre 2019, la bajada de resultados en 4º de ESO es preocupante en matemáticas (-7 puntos) y en inglés (-5,7), no tanto en catalán (-3,2). Hablamos de alumnos que estaban a mitad de 2º de ESO cuando nos confinamos y se cerraron las escuelas. Por tanto, han vivido 2 cursos y medio bajo los efectos de una escolaridad truncada, primero improvisada, luego en grupos burbuja y en general, con menor socialización y altos índices de depresión y ansiedad adolescente, que han puesto la salud mental en primer plano.

En el País Vasco, el segundo curso de pandemia (2020-21) supuso una pérdida de aprendizaje del 25% en matemáticas en 4º de ESO. Para Catalunya, el tercer curso de pandemia (2021-22) ha tenido un descenso del 13%. Un efecto que es menos de la mitad de pérdida de aprendizaje que han tenido los países de nuestro entorno. La acertada decisión de la ministra Isabel Celáa de mantener la presencialidad y limitar el tiempo de cierre de las escuelas explica este menor impacto, tanto en España como en Catalunya.

A tenor de los datos del Departament, el efecto pandemia ha sido bastante transversal: incluso, los resultados de la excelencia han bajado igual que la media en matemáticas (-7) pero en inglés más que el promedio (-8). Dos asignaturas que las familias refuerzan con clases particulares y gasto privado, pero ni aun así se observa que esa ventaja se haya traducido en mejora de resultados. Tampoco ha crecido la brecha de resultados entre centros de máxima complejidad y concentración de pobreza y los que no lo son. El análisis del Departament no incorpora datos de condición socio-económica más finos y se pierde así una imagen más completa de la equidad.  

Pero, en todo caso, el factor emocional parece haber influido más que el factor clase social. El déficit y malestar emocional acumulados son la clave del descenso de resultados, demostrando de nuevo que el aprendizaje necesita de una relación social, de un entorno socializador y de unos estímulos positivos como 'efecto Pygmalión', que hace creer en tu potencial y te ayuda a construirte como persona. Aprender no es una operación mecánica ni aislable de individuos carentes de contextos sociales, afectivos y emocionales. 

Por eso sorprende que los tecnócratas que han diseñado el plan de choque del Departament sean tan didactistas y hayan excluido la variable principal: el refuerzo del bienestar emocional, tanto de alumnos como de docentes. No son máquinas de rendimiento ni estamos en una fábrica taylorista. Quizás sí para los que deciden.

Elevar el nivel de conocimientos y resultados implica una gran movilización de incentivos, un plan estratégico dialogado y una visión educadora global. Ni están ni se les espera. Recordemos que el principal factor de calidad de un sistema educativo no es su profesorado sino la calidad de su modelo de gobernanza y liderazgo. En Catalunya estamos estancados en el principio de Peter.

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