Artículo de Agnès Marquès

Como un submarino

Podemos disimular en la vida real, pero en el consumo de lo digital, que acaba siendo un consumo solitario, quedamos perfectamente retratados

Spotify integra el trívial Heardle para hacer descubrimientos semanales.

Spotify integra el trívial Heardle para hacer descubrimientos semanales.

Agnès Marquès

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No lo digo yo, me lo dice Spotify: soy como un submarino. Hago inmersión, bajo a las profundidades, me recreo allí hasta que, como si me faltara el oxígeno, salgo de nuevo a la superficie a coger aire. Y a cambiar de aires. 

Con diciembre empieza a acabarse el año y las aplicaciones que más usamos empiezan a hacer sus balances para descubrirnos vertientes de nuestra personalidad de las que no somos muy conscientes. La primera que me ha regalado un retrato a partir del algoritmo de la música que escucho es Spotify. La máquina es considerada y me explica que escucho música de un autor o un género determinado de manera compulsiva y que el último rastro que he dejado es a partir de la muerte de Pablo Milanés. Ese día busqué 'Yolanda' y la escuché en bucle durante todo el día. Y a partir de 'Yolanda' el algoritmo hizo su magia y me regaló una lista llena de temas y autores que no me pertenecen por generación pero que, sin embargo, me llegaron hasta el punto de alertar a la plataforma y confirmar que soy de ideas fijas hasta que me empacho y cambio de tercio. 'Ojalá' de Silvio Rodríguez sucedió en bucle a 'Yolanda' y después vino 'Las cuatro y diez', de Aute. Qué triste ternura de comida con la ex. Poemas cantados de amores rotos, de sofá y manta, de días de nubes a punto de descargar que no sueltan ni una gota. Qué gusto da, a veces, bajar a las profundidades.

Spotify ha sido la primera, pero desde hoy hasta final de mes vamos a recibir diversos informes anuales, desde minutos invertidos mirando la pantalla del móvil a aplicaciones más utilizadas, pasos caminados, fotos compartidas en redes, que van a retratar nuestra personalidad digital para confirmar que, sí, en casi todo soy como un submarino, y que podemos disimular en la vida real, pero que en el consumo de lo digital, que acaba siendo un consumo solitario, quedamos perfectamente retratados. Una imagen fija, un espejo impecable que no para de enviar información. Ellos, sean quienes sean, algoritmos, programadores, quienes sean, quizá nos conozcan más que nosotros mismos. 

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