Ágora

La visita de Nancy Pelosi a Taiwán y la posición de China

La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, durante una rueda de prensa en Seúl con el presidente del Parlamento de Corea del Sur, Kim Jin Pyo

La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, durante una rueda de prensa en Seúl con el presidente del Parlamento de Corea del Sur, Kim Jin Pyo / EP

Wu Haitao

Wu Haitao

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El 2 de agosto, ignorando la fuerte oposición y las serias gestiones de China, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó la región Taiwán de China. Ha sido una seria violación al principio de una sola China y las estipulaciones de los tres comunicados conjuntos entre China y EE.UU. Ha infringido gravemente la soberanía y la integridad territorial de China, socavado seriamente la paz y la estabilidad del Estrecho de Taiwán y enviado una señal muy equivocada a las fuerzas secesionistas que abogan por la ‘independencia’ de Taiwán. A todo ello, China se opone resueltamente y condena categóricamente, y ha hecho serias gestiones y fuertes protestas ante EEUU.

Taiwán ha sido parte del territorio chino desde la antigüedad. Según establece explícitamente la Declaración de El Cairo, emitida por los líderes de China, Estados Unidos y Gran Bretaña en 1943, los territorios chinos como Taiwán y las islas Penghu habrán de ser devueltos a China. En la Proclamación de Potsdam de 1945 se reafirma que los términos de la Declaración de El Cairo deben llevarse a cabo. A pesar de que más de 70 años atrás la guerra civil de China separó físicamente el Estrecho de Taiwan, nunca ha sido separable la hermandad que nos une a los chinos que habitamos en los dos lados del Estrecho. Es bien clara la trayectoria histórica de la cuestión de Taiwán, y también lo son el hecho y el statu quo de que ambos lados del Estrecho de Taiwán pertenecen a una sola China.

En el mundo existe una sola China. Taiwán forma parte inalienable del territorio chino, y el Gobierno de la República Popular China es el único Gobierno legítimo que representa a toda China. Esto ha sido claramente reconocido por la Resolución 2758 de 1971 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. A partir de la fundación de la República Popular China en 1949, 181 países han establecido relaciones diplomáticas con China sobre la base del principio de una sola China. Este principio es la base política con la que China establece sus relaciones diplomáticas con el resto del mundo, un consenso universal de la comunidad internacional y una norma básica en las relaciones internacionales.

En 1979, EE.UU. hizo un claro compromiso en el comunicado conjunto entre China y EEUU sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas: “Los Estados Unidos de América reconocen al Gobierno de la República Popular China como el único Gobierno legítimo de China. Dentro de este contexto, el pueblo de los Estados Unidos de América mantendrá relaciones culturales, comerciales y otras relaciones no oficiales con el pueblo de Taiwan”. Como parte del Gobierno de EEUU, el Congreso de EEUU está inherentemente obligado a acatar estrictamente la política de una sola China del Gobierno de EEUU, y abstenerse de tener cualquier intercambio oficial con la región Taiwán de China. China siempre se opone a la visita de los congresistas estadounidenses a la región Taiwán de China, y dado que la presidenta Nancy Pelosi es la actual líder del Congreso de EEUU., China no acepta en absoluto su visita ni sus actividades en Taiwán, en cualquier forma o por cualquier razón.

En la actualidad, el Estrecho de Taiwán está enfrentando una nueva ronda de tensiones y severos desafíos, que se debe, en lo fundamental, a las repetidas conductas de las autoridades taiwanesas y de EEUU por cambiar el statu quo. Las autoridades taiwanesas pretenden alcanzar la independencia valiéndose de EEUU, y EEUU intenta utilizar a Taiwán para contener a China, no deja de distorsionar, oscurecer y vaciar el principio de una sola China, y envalentona las actividades secesionistas en pos de la ‘independencia’ de Taiwán. La cuestión de Taiwán es puramente un asunto interno de China. La parte estadounidense debe tomar acciones creíbles para acatar estrictamente el principio de una sola China y las estipulaciones de los tres comunicados conjuntos entre China y EEUU, e implementar efectivamente el compromiso de los ‘cinco noes’ hecho por el líder estadounidense (a saber: no buscar una "nueva Guerra Fría" con China; no pretender cambiar el sistema de China; la revitalización de sus alianzas no es contra China; no apoyar la "independencia de Taiwán"; no buscar un conflicto con China).

China y EE.UU. son dos grandes países. La forma correcta de tratarse entre sí solo puede ser el respeto mutuo, la convivencia pacífica, la no confrontación y la cooperación de ganancias compartidas.

La posición del Gobierno y el pueblo chinos sobre la cuestión de Taiwán es consecuente. Defender resueltamente la soberanía nacional y la integridad territorial es la firme voluntad de los más de 1.400 millones de chinos, y hacer realidad la reunificación completa de la patria constituye la aspiración común y la responsabilidad sagrada de todas las hijas e hijos de la nación china. La voluntad del pueblo no puede ser desafiada, y la tendencia de los tiempos no puede ser revertida. El Gobierno y el pueblo chinos tienen la firme determinación, la fuerte voluntad y la gran capacidad de salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial y materializar la reunificación del país y la revitalización de la nación. La cuestión de Taiwán se produjo en un momento en el que China era débil y caótica y, sin duda, se resolverá con la revitalización nacional. Está destinado al fracaso cualquier intento por obstaculizar la unificación completa de China y la revitalización de la nación.