Pros y contras | Artículo de Emma Riverola

Hablar de sexo

Por parte de las familias, de las escuelas, de la administración y del mundo de la cultura y el entretenimiento urge educar en los valores y en el reconocimiento del otro. Y hacerlo en las edades más tempranas

Testimonio anónimo de una víctima de violación

Testimonio anónimo de una víctima de violación / EPC

Emma Riverola

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Se apunta al fácil acceso a la pornografía violenta. O a un machismo que se rearma frente al impulso feminista. A cierto fenómeno de imitación. Al gregarismo y a rituales de hedonismo salvaje… Dudo que el auge de las violaciones múltiples se pueda explicar por una sola causa. Al fin, hablamos de una violencia patriarcal que infringe correctivos a los cuerpos que considera inferiores, reduciéndolos a meros objetos de una perversa diversión. Quizá no muy diferente a los ataques a mendigos o a migrantes o a personas LGTBI. Exhibición de poder del macho. 

Son múltiples causas y son múltiples los modos de atacar el fenómeno. Desde luego, judicialmente. Pero resulta incuestionable el abordaje educativo. Por parte de las familias, de las escuelas, de la administración y del mundo de la cultura y el entretenimiento urge educar en los valores y en el reconocimiento del otro. Y hacerlo en las edades más tempranas. Del mismo modo que las agredidas se están animando a denunciar porque se saben protegidas socialmente, los agresores deben entender que no hay cobijo para los que no atienden los límites. Tenemos que hablar de sexo y de respeto. Cada palabra callada desde el entendimiento será gritada por el desprecio.  

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