Pros y contras | Artículo de Emma Riverola

Atrapados en una espiral de autodestrucción

Ahora se trata de decidir hasta qué punto queremos lastrar el futuro por los desatinos cometidos

El 'president' Pere Aragonès, a su salida del Congreso de los Diputados, el pasado 21 de abril.

El 'president' Pere Aragonès, a su salida del Congreso de los Diputados, el pasado 21 de abril. / David Castro

Emma Riverola

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A la Catalunya del ‘procés’ se le ha puesto cara de thriller de espías. Netflix, ¿a qué esperas? Independentistas reuniéndose con emisarios rusos. El CNI espiando por encima de sus posibilidades… El tema puede resultar adictivo. Es evidente que demasiados han actuado de forma irresponsable. Ahora se trata de decidir hasta qué punto queremos lastrar el futuro por los desatinos cometidos. El presente es endiablado. Las crisis se acumulan, el horizonte es inquietante. A pesar de ello, España no juega con malas cartas. Su escasa dependencia del gas ruso y sus posibilidades en energía renovable le sitúan en una situación privilegiada. 

El gobierno de Sánchez ha conseguido resistir a las siete plagas tirando adelante medidas sociales determinantes. El Govern de Aragonès aún tiene mucho que demostrar. Se trata de trabajar y ser conscientes de que todo puede ser infinitamente peor. Con una Laura Borràs, en plena huida hacia delante, envuelta en la ‘estelada’ y un gobierno PP/Vox en Madrid. La crispación de Puigdemont y Rajoy multiplicada exponencialmente. Tenemos la oportunidad de mejorar en una coyuntura difícil o de quedar atrapados en una espiral de autodestrucción. Al fin, de romper con esa letal tradición trágica. 

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