APUNTE

Galáctico Benzema

Karim Benzema.

Karim Benzema.

Mónica Marchante

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Cuando al acabar su exhibición en Stamford Bridge Karim Benzema se pudo delante de los micrófonos de la tele, su explicación de la gran noche que acababa de brindar a los aficionados al fútbol fue sencilla, pero definitiva: “No juego al fútbol para ser el mejor del mundo, juego para vivir noches como esta”.

Qué sencillo y qué difícil de entender en el mundo en el que vivimos, empeñado en clasificar, en hacer listas de todo y en entregar trofeos individuales, como si eso fuera más importante que disfrutar, simplemente disfrutar con el maravilloso fútbol que está jugando el delantero del Real Madrid.

¿Necesita el Balón de Oro Karim para que se le reconozca? Que se lo den, aunque no parece tener la ansiedad que sí tenía Cristiano por lograrlo, justamente cuando Karim trabajaba para fabricarle muchos de los goles que hizo el portugués.

Benzema tiene otra forma de ser. Esa tranquilidad que le ha hecho saber vivir a la sombra de otros y llegar a su mejor momento en su madurez, a los 34 años, siendo la referencia absoluta de un club que vive de su enorme talento y de sus goles, ahora más que nunca. Es fácil recordar qué ha ocurrido cuando el francés no ha podido estar. Aún suenan los ecos del 0-4 del Barça en el Bernabéu. ¿Casualidad?

La historia de esta Champions quedará marcada por sus dos hat-tricks con los que sentenció él solito al PSG y encarriló los cuartos en Londres. En esas dos noches Benzema desplegó todo su talento, con las piernas y con la cabeza, pero también el ADN del Real Madrid que le hizo rondar a Donnaruma sospechando el error que finalmente se produjo, o acechar a Mendy para sentenciar tras el fallo del portero. Karim fue Raúl González en esas dos acciones, (que ya hiciera en la final de Kiev ante Karius) fue Santillana rematando de cabeza , y hasta le recordó a Alfredo Di Stefano a Fabio Capello, que describió a Karim como el futbolista total.

Hace unos cuantos años ya que Florentino se puso en pie en un palco de Lyon para aplaudir a su favorito. En Benzema encontró el presidente a su último galáctico.

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