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Dos modos de bajar los impuestos

La Comunidad de Madrid puede permitirse bajar los impuestos autonómicos por los beneficios que lleva asociado el hecho de ser la capital de España

El 'conseller' de Economia, Jaume Giró, y la secretaria de Hisenda, Marta Espasa.

El 'conseller' de Economia, Jaume Giró, y la secretaria de Hisenda, Marta Espasa.

El ‘conseller’ de Economia, Jaume Giró, anunció el jueves una rebaja de la tarifa autonómica del IRPF con especial incidencia en las rentas más bajas (hasta 12.000 euros de base liquidable), pero que afectará también a los contribuyentes con ingresos de hasta 35.000 euros anuales, que suponen el 80% del total. Para las rentas de hasta 12.000 euros se rebajará la tarifa de un tipo del 12% hasta el 10,5%, con un ahorro para todos los afectados entre 52 y 104 euros en la declaración de la renta de 2022, la que se presentará en 2023. Para las rentas más altas se producirá un ligero incremento de la presión fiscal, en ningún caso superior al 0,7% (hasta unos 80 euros), según la ‘conselleria’. La Generalitat dejará de ingresar por esta reforma unos 19 millones de euros.

Esta rebaja, que hay que aplaudir porque afecta a las rentas más bajas, es, en realidad, la actualización de otra que el Govern intentó el año pasado, pero que fue tumbada por el Tribunal Constitucional por invasión de competencias y porque consideró inconstitucional la elevación del mínimo exento para hacer la declaración de la renta. En esta reforma, el Govern está convencido de su legalidad, porque las comunidades autónomas pueden modificar las tarifas y los tramos, que es lo que hace la Generalitat, al rebajar el tipo y crear dos nuevos tramos, elevándolos de siete a nueve.

Aun así, Catalunya seguirá siendo la comunidad con el tipo mínimo más elevado de todas las autonomías: el nuevo, del 10,5%, se sitúa un punto por encima del mínimo estatal y dos puntos más que el que acaba de aprobar la Comunidad de Madrid, que será del 8,5%. La Asamblea de Madrid aprobó el mismo jueves una reforma fiscal con una rebaja que tendrá un impacto de 300 millones, 15 veces más que la catalana. En contraste con la rebaja en Catalunya, que afecta a las rentas más bajas, la de Madrid es universal y, aunque la comunidad presidida por Isabel Díaz-Ayuso asegura que beneficia a las rentas más bajas (ahorrarán el 5,5% y las altas el 2,75%), en cifras absolutas las más beneficiadas son las rentas más altas (500 euros de rebaja para una renta de 100.000 euros, frente a 62 para una renta de 12.450 euros).

La Comunidad de Madrid puede permitirse bajar los impuestos autonómicos (son los más bajos de España) por lo que Catalunya y la Comunidad Valenciana consideran el 'efecto capitalidad', los beneficios que lleva asociado el hecho de ser la capital de España, sede del Gobierno, de grandes empresas, de todo tipo de organismos y de la mayoría de los funcionarios, entre otras ventajas. Es lo que el presidente valenciano, Ximo Puig, califica de 'efecto aspirador' de recursos. En realidad, como denuncia la izquierda madrileña, Madrid practica un 'dumping fiscal' y luego su presidenta se permite dar lecciones y presumir de que va a eliminar todos los impuestos autonómicos, frente a la quincena que hay en Catalunya. 

La Comunidad de Madrid, al igual que propone el PP para toda España, no deja de insistir en la rebaja indiscriminada de los impuestos, en contra de lo que defienden los organismos económicos internacionales, cuando la pandemia del covid-19 sigue azotando al mundo, que debe centrarse en la recuperación económica después de la recesión provocada por el coronavirus.