Política catalana

ERC no rompe los bloques

Los republicanos negocian y pactan con el PSOE pero se niegan rotundamente a tratar con el PSC. ¿Se puede hablar en Madrid y callar en Barcelona?

GRAFCAT7838. BARCELONA, 29/09/2021.- El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el líder del PSC, Salvador Illa (d), durante la segunda jornada del debate de política general, un día después de la intervención inicial del presidente Aragonès ante el pleno del Parlament. EFE/Enric Fontcuberta

GRAFCAT7838. BARCELONA, 29/09/2021.- El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el líder del PSC, Salvador Illa (d), durante la segunda jornada del debate de política general, un día después de la intervención inicial del presidente Aragonès ante el pleno del Parlament. EFE/Enric Fontcuberta / Enric Fontcuberta

José A. Sorolla

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A pesar de que el clima político en Catalunya ha mejorado ostensiblemente, a pesar de que se ha abierto el diálogo entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat –en la comisión bilateral y en la mesa de diálogo--, a pesar del giro pragmático del independentismo republicano, a pesar de que el referéndum por el derecho de autodeterminación y la independencia se ven cada vez más lejanos, ERC sigue incrustada en uno de los dos bandos y no se atreve a romper con la política de bloques.

El empecinamiento en aprobar los Presupuestos de la Generalitat con la CUP es una muestra más de esta política, cuando además los ‘cupaires’ están subiendo la apuesta y parece que no se van a conformar con un maquillaje del pacto al que llegaron con ERC para la investidura de Pere Aragonès. Pero la política catalana es tan singular que ya no sorprende que un partido de gobierno como ERC, que podríamos situar con generosidad cercano a la socialdemocracia, se alíe con una formación que se declara anticapitalista y antisistema. Solo la prioridad del componente independentista es capaz de explicar esta extraña alianza.

Aragonés y el ‘conseller’ de Economia, Jaume Giró, repiten que la CUP es el socio preferente para aprobar los Presupuestos, una opción que en el caso del titular de la cartera responsable de las cuentas públicas es una contradicción con su trayectoria pasada.

La contradicción se agudiza porque hay otras posibilidades de aprobar las cuentas. El líder del PSC, Salvador Illa, lleva semanas ofreciendo su colaboración para aprobarlas, una oferta que solo recibe el desdén del presidente de la Generalitat. Sin embargo, ERC ha permitido en Madrid el trámite de los Presupuestos Generales del Estado al renunciar a una enmienda a la totalidad y es muy posible que al final apruebe las cuentas. ¿Es coherente ERC al negociar y pactar con el PSOE y negarse rotundamente a tratar con el PSC? ¿Tiene sentido la marginación de los socialistas catalanes cuando se ha puesto en marcha la mesa de diálogo entre los dos gobiernos? ¿Se puede hablar en Madrid y callar en Barcelona?      

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