La ficción en Catalunya

Del teatro al cine

El estreno de películas que adaptan obras catalanas es una prueba de la buena salud de nuestra dramaturgia

Albert Triola y Ramon Pujol, protagonistas de 'Smiley'.

Albert Triola y Ramon Pujol, protagonistas de 'Smiley'.

Marta Buchaca

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace unos días se anunció que Netflix estrenará ‘Smiley’, una serie basada en la obra de teatro homónima de Guillem Clua y producida por Minoría Absoluta. Es una gran noticia que una obra que fue un éxito en teatro en catalán y castellano e internacionalmente tenga vida en forma de serie de televisión y con un público potencial mundial como es el de Netflix. También es una gran noticia que la produzca una productora catalana. Sería deseable que todas las adaptaciones teatrales catalanas que pasan al cine tuvieran participación catalana, pero, inexplicablemente, no siempre es así. 

Actualmente, la frontera entre películas para televisión o para cine es cada vez más diluida. Es habitual que películas que hace pocos años se hubieran estrenado en cine de manera natural lo hagan directamente en la pequeña pantalla y sin pasar por salas. A menudo también pasa que las películas tienen una exhibición muy breve, ya que a las productoras les sale más rentable venderlas a una plataforma que depender de la taquilla. La pandemia ha hecho mucho daño a los cines, pero no a la ficción. La demanda es cada vez mayor y, actualmente, en España se produce como nunca antes se había producido. Muchos hablan de burbuja. Yo confío que no lo sea. Nos hemos hecho adictos a las series, a las películas, y eso no va a pasar de moda. Si algo nos ha enseñado el confinamiento y esta época tan dura es que la ficción nos da oxígeno y, sobre todo, nunca nos falla en los momentos difíciles. 

Lo de adaptar teatro al cine no es algo nuevo. Muchos de los grandes clásicos de Hollywood eran adaptaciones de piezas teatrales: ‘La soga’ o ‘Crimen perfecto’, de Alfred Hitchcock, por ejemplo, o la adaptación de ‘Everyone comes to Rick's’, de Murray Bennety, que se convirtió en la célebre ‘Casablanca’, por citar solo algunas.

Muchas películas recientes también beben del teatro. Me parecen particularmente brillantes ‘Un dios salvaje’, adaptación de la obra de Yasmina Reza dirigida por Roman Polanski, fiel al texto al cien por cien y en la que el director pone la cámara y unos actores brillantes al servicio de la historia. Sin florituras ni artificios. ‘En la casa’, de François Ozon, adapta la pieza ‘El chico de la última fila’ de Juan Mayorga, usando los recursos cinematográficos para ahondar en el argumento y profundizar en los personajes y escenarios. 

‘Smiley’ es la primera pieza teatral catalana que será llevada a serie (Netflix), y estoy convencida de que no será un caso aislado

En los últimos años se han estrenado varias películas adaptando obras catalanas como ‘El rei borni’, de Marc Creuhet; ‘B’, a partir de ‘Ruz-Bárcenas’ de Jordi Casanovas; ‘Sentimental’ de Cesc Gay, o mis obras ‘Litus’ y ‘Solo una vez’. Y esta es una tendencia al alza. Algunas de las adaptaciones que están pendientes de estreno son ‘La piel en llamas’, de Guillem Clua; ‘El test’, de Jordi Vallejo; ‘Nosotras no mataremos con pistolas’, de Víctor Sánchez Rodríguez; ‘Mitad y mitad’, de Jordi Sánchez y Pep Anton Gomez, que se llamará ‘Alimañas’; ‘Valenciana’, de Jordi Casanovas; ‘Algo’, de Àlex Mañas; ‘Escape room’, de Héctor Claramunt y Joel Joan, o mi obra ‘¿Cuánto me queda?’. Una lista impensable hace solo algunos años y una prueba fehaciente de la buena salud de nuestra dramaturgia.  

‘Smiley’ es la primera obra de teatro catalana que tendrá adaptación a serie, y estoy convencida de que no será un caso aislado. Obras como ‘Fairfly’ de Joan Yago, ‘Mare de Sucre’ de Clàudia Cedó o ‘Una historia catalana’ de Jordi Casanovas, por citar solo algunas, serían series magníficas. Así que, productoras y plataformas, tomen nota, que en el teatro es donde se cuecen las mejores historias.

Suscríbete para seguir leyendo