Apunte

Vivienda, derechos y semáforos

El precio de la vivienda inquieta y es preciso estar vigilantes, pero aún no se dan otros elementos que provocan burbujas y que estas estallen... por ahora

Los pisos vacíos más de un año de grandes propietarios se declararán deshabitados

Los pisos vacíos más de un año de grandes propietarios se declararán deshabitados

Agustí Sala

Agustí Sala

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Una morada es un lugar en el que habita o reside, como dice el diccionario. Y, a su vez, es un derecho de todo ciudadano, como recoge el artículo 47 de la Constitución ¿Papel mojado? Lo parece. En especial viendo la evolución de los precios de las vivienda, un bien de primera necesidad que el mercado trata muchas veces como cualquier mercancía. El Banco Central Europeo (BCE) ha puesto en ámbar el mercado inmobiliario de la vivienda en el semáforo en el que alerta de la sobrevaloración de los precios: entre el 5% y el 15% más de lo que se debería pagar. Es un aviso.

Nadie ve, por ahora, una burbuja inminente, aunque hay zonas ciertamente "tensionadas", porque no se dan los otros dos elementos que la hinchan: exceso de crédito y escasez de capital por parte del sector financiero. Ni el volumen de crédito ni sus condiciones son aún para alarmarse, según los expertos. Los precios suponen un problema de acceso a la vivienda, no de burbuja que puede estallar... al menos por ahora. Y "los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho", según la Carta Magna.

El Gobierno, tras el acuerdo entre sus socios socialistas y de Unidas Podemos, ha apostado por nuevas normas sobre este derecho básico, pero poco sobre promover viviendas para quienes no pueden tenerlas. Los poderes públicos están, entre otras cosas, para paliar los fallos del mercado.

En todo caso, que el BCE vigile los precios y que el Banco de España prepare instrumentos para prevenir, más que pinchar posibles burbujas, es bueno. Como decía el insigne economista John Kenneth Galbraith, la memoria financiera es "notoriamente corta", por lo que se tiende a tropezar una y otra vez en la misma piedra. La crisis de 2008, con una burbuja inmobiliaria y de crédito gigantescas, no está lejana y es de esperar que se extrajeran lecciones. Que no bastaba con controlar el comportamiento individual de la banca sino el colectivo (política macroprudencial) fue una de ellas. Esperemos que así sea.

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