Tomar café y contarnos penas y alegrías

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado este viernes su resolución del expediente abierto a una docena de empresas concesionarias a las que les ha impuesto multas por un total de 61,28 millones por haberse repartido licitaciones sobre carreteras del Estado por un total de 530 millones entre el 2014 y el 2018. La CNMC les ha impuesto, además, la prohibición de contratar con la administración; un añadido que no es menor, si se tiene en cuenta que este es el principal negocio de los grandes grupos empresariales señalados por Competencia, entre los que se encuentran ACS, FCC, Ferrovial, Sacyr, OHL y Acciona.

Las empresas tienen ahora dos meses para recurrir ante la Audiencia Nacional. Y la CNMC carga sobre sus espaldas un largo historial de resoluciones tumbadas por el tribunal. Habrá que ver qué pasa en este caso, cuya instrucción ha sido finalizada (no iniciada) bajo el mandato de la nueva presidenta del organismo, Cani Fernández, una reconocida experta jurista en materia de Competencia.

La Audiencia Nacional tendrá la última palabra pero, mientras tanto, la lectura de las 363 páginas que ocupan la resolución de la CNMC documentan el obsceno manual bajo el que funcionaban esta docena de compañías. "Tomar café y contarnos nuestras penas y alegrías" era el 'asunto' de algunos de los mails que servían para convocar a presidentes o directivos a las 18 reuniones donde se repartían el mercado de las concesiones. Cada empresa partía con "una bolsa de puntos" que, de acuerdo a una fórmula numérica, se agotaba más deprisa cuanto más temerarios eran los precios pujados. Y si la oferta era realmente competitiva quedaba convertida en un "torpedo" en el lenguaje de este clan, tal vez algo impropio de los ilustres apellidos que están detrás de algunos de los grandes grupos empresariales que la CNMC ha puesto en la palestra.

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