Justicia y política

El gobierno de los jueces

Lo de los magistrados dictaminando a requerimiento de una parte sucede en otros lugares, ya lo sé. El fracaso de la política acaba en los tribunales. Muchas veces, por puro obstruccionismo

El Constitucional permite reclamar el dinero de las multas por el confinamiento, pero no las pérdidas de los negocios

El Constitucional permite reclamar el dinero de las multas por el confinamiento, pero no las pérdidas de los negocios

Xavier Sardà

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Llevo un par de días harto, cansado, hastiado y un poco fatigado. Ahora resulta que lo del estado de alarma no es del todo constitucional. Por un solo voto el pleno del Tribunal Constitucional dictamina que se tenía que haber declarado el estado de excepción. O no sé qué.

La derechona cleptómana, Ayuso y los demás vocingleros del Antiguo Testamento están en éxtasis. Les importa poco la pandemia, pero les pone espasmódicos atacar al Gobierno.

El mismo día, el Rey hace un llamamiento a la unidad, en el segundo homenaje de Estado a las víctimas del covid. Pues que espere la unidad sentado.

Por aquí, Aragonès pide el estado de alarma descentralizado y son los jueces los que le han otorgado el permiso. 

Lo de los jueces dictaminando a requerimiento de una parte sucede en otros lugares, ya lo sé. En Estados Unidos lo del aborto llegó al Supremo y en Alemania el Tribunal Federal se pronunció sobre el sistema de financiación de los 'landers'. El fracaso de la política acaba en los tribunales. Muchas veces, por puro obstruccionismo. 

Es lógico que los ciudadanos experimenten confusión y soledad, ante el embrollo jurídico-político.

Estamos en pleno rebrote descontrolado del virus y ahora el Constitucional dice que el Gobierno no lo hizo bien luchando, con el estado de alarma, contra una pandemia mortal sin precedentes. Bien, pues que lo quiten del ordenamiento lo cambien, lo amplíen o que lo hinchen como un flotador. La Ley Orgánica 4/1981 de los estados de alarma, excepción y sitio, permite “limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos en horas y lugares determinados o condicionarlas al cumplimiento de dichos requisitos”. Según reputados constitucionalistas, es justo lo que dijo la declaración del estado de alarma.

La democracia es una iglesia donde todos somos herejes, como dice Savater. Mucha toga negra para salvarnos de los políticos que votamos. A devolver las multas y a seguir luchando contra el virus. Los jueces con el mazo dando y la oposición, a Dios rogando.

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