Televisión

El triunfo de la ternura

La serie 'Ted Lasso' es un baile entre la fe y el escepticismo, entre sacarle brillo al currículum y ponerle corazón a lo que haces, pase lo que pase

Jason Sudeikis, en la serie 'Ted Lasso'

Jason Sudeikis, en la serie 'Ted Lasso'

Mónica Vázquez

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Un año de cuarentena da para mucho. Los días se estiran, alargando las semanas en relojes que palpitan vacíos de significado. Nos hemos puesto al día con las series y las películas que parecían escapársenos por entre los dedos. Hemos tachado de la lista de libros por leer volúmenes que habíamos dado por perdidos en la vorágine del día a día del adulto histérico del siglo XXI. Hemos desarrollado habilidades y explorado 'hobbies' nuevos, y le hemos dado una oportunidad a lo insospechado.

Un año de cuarentena me ha llevado a 'Ted Lasso', una serie de televisión de Apple TV que cuenta la historia de un entrenador de fútbol americano que decide viajar al Reino Unido para entrenar a un equipo de balompié profesional. Jason Sudeikis, conocido por películas como 'Somos los Miller' o la siempre recomendable 'Colossal', protagoniza esta serie desbordando la pantalla con una simpatía de la que es imposible escapar. Ted llega a Londres lleno de ilusión y sin ningún conocimiento previo sobre lo que nosotros llamamos fútbol, para verse rodeado de un candente rechazo por parte de los hinchas del equipo para el cual ha sido contratado como entrenador. El dibujo narrativo simplificado es el del americano inconsciente contra el británico amargado. Pero esta serie es un baile entre la fe y el escepticismo, entre sacarle brillo al currículum y ponerle corazón a lo que haces, pase lo que pase. La calidez humana como ingrediente indispensable para la vida personal y profesional. La decencia y la generosidad como mínimo indispensable en cualquier arena. Y la ternura como el tipo de fortaleza en el que deberíamos invertir nuestras energías todos los días, construyendo puentes en lugar de pedestales, enterrando el ego bajo kilómetros de alegría y complicidad.

El hecho de que sienta un profundo desinterés por el fútbol no me impidió disfrutar del brillante guión, lleno de encanto, capaz de seducir al corazón más apático. Ted Lasso se mete en el bolsillo hasta al más escéptico, labrándose su propio camino con ilusión y talante, atreviéndose a creer en los demás y lo que es más difícil, en sí mismo.