La nota

Nos pagan por endeudarnos

Los tipos negativos de la deuda a 10 años son ya una gran ayuda para salir de la crisis

Presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde

Presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde / Neil Hall

Joan Tapia

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En plena segunda ola de la pandemia, que amenaza a la salud y la economía de todos, surgen noticias alentadoras que levantan el ánimo ante un invierno que se intuye triste y complicado. La primera fue la de la vacuna contra el covid que ya se administra en Gran Bretaña y que será realidad en España a primeros de año. La vacuna será clave para la vuelta a la normalidad y especialmente positiva para España cuya economía depende mucho del turismo internacional. Las bolsas -y más la española- ya han tomado nota y tiran al alza. Pero las bolsas no se determinan por el presente (malo), sino por las expectativas de futuro.

La segunda es que la política del Banco Central Europeo (BCE) de compra de bonos para luchar contra la crisis está llevando a una larga y prolongada etapa de bajos tipos de interés, muy beneficiosa cuando los estados tienen que recurrir a fuertes aumentos del déficit público para pagar los ertes y las otras medidas de apoyo. Y el inevitable aumento de la deuda pública que ello comporta sería insostenible con altos tipos de interés.

La crisis anterior hizo que la deuda española a 10 años tuviera que pagar intereses que alcanzaron, antes de la intervención de Mario Draghi en 2012, el 7,2%. Este tipo de interés -insostenible a medio plazo- hizo que España estuviera al borde del desastre y de pedir el rescate al que otros países de la UE (Grecia, Irlanda y Portugal) tuvieron que recurrir. Y aquello obligó a grandes recortes del gasto público que castigaron duramente a amplios sectores sociales.

En esta crisis el BCE ha aplicado una política monetaria expansiva, buscando tipos de interés bajos, y el endeudamiento de los países ha sido mucho más soportable. Pero este jueves se llegó a algo que hasta hace poco parecía imposible. España emitió 921 millones de bonos a 10 años a un tipo de interés negativo del 0,016%. O sea que ahora a España le pagan (poco) por pedir dinero. Emitir deuda no es ya un coste, como hasta ahora, sino que permite ganar algo. O sea, reducir deuda. Casi increíble.  

Así el fuerte e inevitable incremento del déficit de este año y del próximo va a ser mucho más asumible. España va a tener que emitir en 2021 unos 300.000 millones de deuda y una parte relevante no nos va a costar nada, incluso va a dejar algún beneficio. ¡Ojo!, la deuda estará ahí y como no se va a poder pagar en los próximos años su coste subirá cuando termine esta etapa de bajos tipos de interés.  

No se debe pues tirar de déficit sin ton ni son, pero no pagar por endeudarse durante los próximos tiempos es algo muy beneficioso e impensable hasta hace poco. Y hay políticos (y economistas) que aún no han tomado conciencia de la diferencia que hay entre pagar por la deuda un 7,3% (pasó cuando Zapatero y Rajoy) y que te den algo por endeudarte.

Los tipos negativos, de los que ya disfrutaban Alemania, Francia y otros países de la UE, llegan ahora a España. Serán de gran ayuda, pero no son una licencia para todo porque a medio plazo el endeudamiento tiene serios peligros. Pero lo más positivo es que también este jueves el BCE decidió incrementar de 1,35 a 1,85 billones (500.000 millones más) su programa de compra de bonos contra la crisis. Y garantizó que este programa no se acabará pronto, sino que durará como mínimo hasta marzo de 2022. 

La pandemia sigue ahí y nos amargará las Navidades. Y la crisis continuará, pero la vacuna y los bajos tipos de interés son potentes palancas para vencerlas. Dice el viejo proverbio que Dios aprieta, pero no ahoga. ¡Ojalá sea así!

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