Sociedad polarizada

'V de Vendetta' en un mundo confinado

El coronavirus ha resucitado a través de la máscara de Guy Fawkes al antisistema que pretende esconder tras la ideología lo que es pura rabia y fatiga pandémica.

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Carol Álvarez

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La máscara, que no mascarilla, que más vende Amazon es la que representa a Guy Fawkes, el personaje histórico que en 1605 intentó dinamitar el Parlamento inglés como respuesta a las imposiciones religiosas de la monarquía de la época. La versión del dibujante Alan Moore, trasladada del cómic al cine en la icónica película 'V de vendetta', es la que ha llegado hasta nuestros días y revienta los rankings de venta on line. El asalto al poder y los toques de queda nocturnos del film tienen este 5 de noviembre ('remember, remember, the 5th of november' reza la conocida cantinela dedicada al ataque fallido al parlamento inglés) un desconcertante reload, este año: Boris Johnson ha fijado en esta misma fecha el inicio del confinamiento duro británico para hacer frente a la pandemia. Los fuegos artificiales y celebraciones de la gesta que hace décadas protagonizan el día hace décadas estarán sometidos por primera vez al régimen de excepción. 

La máscara que hicieron seña de identidad organizaciones antisistema en protestas globales y más locales de antes de la pandemia parecía haber desaparecido del imaginario público, pero no ha sido así: ha vuelto a verse aquí y allá en los distintos altercados tras marchas contra las restricciones, en los enfrentamientos con la policía, en la quema de contenedores. 

El coronavirus ha resucitado a través de la máscara de Guy Fawkes al antisistema que pretende esconder tras la ideología lo que es pura rabia y fatiga pandémica. De la misma forma, los toques de queda, que algunos aún se resisten en llamarlos así porque retrotraen a otras épocas a olvidar, no dejan de ser una de las expresiones límite de la autoridad en democracia. Sistema y antisistema, como la pólvora ante la Casa de los Lores, en esta noche de Guy Fawkes que vuelve como en un ciclo siglos después. 

Hay demasiado despiste ideológico y  falta de liderazgos con sustancia,  y las clases más desfavorecidas y castigadas a la vez por las crisis se sienten sin rumbo. Que el trumpismo y los movimientos alternativos hayan confluido en la arena político es solo un reflejo de esa desorientación general.

Las mascarillas que llevan impreso en el tejido medio rostro del conspirador inglés, ya han salido a la venta.