Política catalana

Palabras que resbalan

La ciudadanía es sabia y, ante la situación excepcional sanitaria, económica y social que vivimos, sitúa como prioridad la gestión (del gobierno de la Generalitat) por encima de los intentos de resolución del conflicto territorial

Torra escucha la intervención por videoconferencia de Puigdemont, en el acto inaugural del congreso fundacional del nuevo Junts per Catalunya.

Torra escucha la intervención por videoconferencia de Puigdemont, en el acto inaugural del congreso fundacional del nuevo Junts per Catalunya. / periodico

Sílvia Cóppulo

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Poco antes de aquel 1-O del 2017, Carme Forcadell me aseguraba en Catalunya Ràdio que, si la ciudadanía votaba en el referéndum de independencia y ganaba el 'sí', se abriría un tiempo de negociación con el Estado español para hacer efectivo el resultado. Poco después de aquel 1-O del 2017, la presidenta del Parlament ingresó en prisión. Continúa ahí.

Desde posiciones soberanistas, se presentan las elecciones de febrero como un nuevo plebiscito. No sé cuántos llevamos. Pero, “¿de verdad alguien piensa que el Estado español cambiará porque, en vez de dos millones de votantes a candidaturas independentistas, haya 2,8 millones?”. La frase es de Carles Puigdemont, publicada en su libro 'Reunim-nos'. “El referéndum acordado es una fantasía, una ilusión”, concluye. Cuando, ahora, el 130º presidente de la Generalitat asegura que, si en las próximas elecciones el independentismo obtiene más del 50%, se pedirá la intermediación de la UE para hacer un referéndum, no se entiende ni que no lo hayan pedido antes, ni que por dos puntos arriba o abajo, lo soliciten ahora.

La misma estupefacción provoca al cabo de los años la expresión “estamos mandatados por el 1-O”. Ni significa nada en concreto, ni es necesaria. La gente se identifica con sus líderes porque confía en ellos o conecta emocionalmente. Además, la ciudadanía es sabia y, ante la situación excepcional sanitaria, económica y social que vivimos, sitúa como prioridad la gestión (del gobierno de la Generalitat) por encima de los intentos de resolución del conflicto territorial (39,9%), dándole la vuelta a los resultados anteriores, según indica la última encuesta del CEO.

¿Dónde hay que firmar para poder escuchar en primer lugar, en la campaña que se avecina, estrategias de nuestros políticos y de nuestras políticas que ayuden a superar lo más pronto posible el malvivir de tanta gente? Quizá lleve razón Quim Torra, y la autonomía es un obstáculo para conseguir la independencia. Pero es lo que tenemos para gobernar. No es todo, pero no es poco. 

La pandemia conduce a la reflexión, y ahora más que nunca las palabras vacías de contenido (nos) resbalan.