AL CONTRATAQUE

Palos y velas

De confirmarse las sospechas de la Fiscalía Anticorrupción sobre Cospedal y Fernández Díaz, estaremos ante uno de los ejemplos de cinismo más grandes de la historia reciente

María Dolores de Cospedal, durante su etapa como secretaria general del Partido Popular, en julio del 2018

María Dolores de Cospedal, durante su etapa como secretaria general del Partido Popular, en julio del 2018 / periodico

Cristina Pardo

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Durante el estallido del escándalo sobre la contabilidad del PP y su prolongada onda expansiva, en Génova pasaban cosas muy raras. Los periodistas que frecuentábamos la sede teníamos que trabajar abriéndonos paso entre una maraña de explicaciones difusas, airadas referencias al extesorero Luis Bárcenas y unos cuantos enredos judiciales. Asistimos atónitos al hilarante episodio de la "indemnización en diferido" y al empeño del entonces líder del PP, Mariano Rajoy, por presentarse como un ignorante de todo lo que acontecía a su alrededor. 

Ahora, varios años después, podríamos estar asistiendo al verdadero estallido del escándalo popular. Porque en toda esta historia que sobrevolaba la sede, faltaba el despechado; aquel que, abandonado por los suyos, decide no comerse solo el marrón y empieza a sacar a la luz evidencias contra sus superiores, acumuladas en secreto durante meses. Ese hombre es Francisco Martínez, que fue número dos del Ministerio del Interior. La fiscalía sospecha que él, a las órdenes de Jorge Fernández Díaz y María Dolores de Cospedal, coordinó de alguna manera el espionaje y robo de documentos delicados al extesorero del PP. Fue una operación parapolicial pagada con fondos reservados y que se habría puesto en marcha con el conocimiento de Rajoy.

Estamos hablando de que el juez podría llamar a declarar como investigadas a aquellas personas que negaron públicamente una y otra vez cualquier irregularidad, que decían que Bárcenas no podía tener nada guardado, porque nada que guardar había, mientras a la misma hora estaban presuntamente impulsando un chusco operativo casi mafioso para quitárselo todo. De confirmarse las sospechas de la Fiscalía Anticorrupción, estaremos ante uno de los ejemplos de cinismo más grandes de la historia reciente. Aquella Cospedal, rasgándose las vestiduras, mientras decía que Bárcenas era "un delincuente, además de un mentiroso y un sinvergüenza". Aquella Cospedal que, cuando afloró la contabilidad B, declaró: "Que cada palo aguante su vela". Y se ve que Francisco Martínez se lo ha tomado al pie de la letra. 

Suscríbete para seguir leyendo