Opinión | Editorial

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El adiós de Messi

El astro podría seguir construyendo su leyenda con otro equipo, pero hay algo que la historia ya no podrá cambiar: su mejor fútbol, su gran historia de amor habrá sido con el Barça y con los barcelonistas

Leo Messi ni siquiera podrá despedirse del Barça.

Leo Messi ni siquiera podrá despedirse del Barça. / periodico

El mejor jugador de la historia del fútbol ha decidido abandonar la disciplina azulgrana. La mala gestión de la directiva presidida por Josep Maria Bartomeu, traducida en un declive deportivo que alcanzó su cenit en la humillante derrota contra el Bayern, explican la peor noticia de todas cuantas podía recibir el barcelonismo: el adiós de Lionel Messi.

Messi es pura leyenda del fútbol. Su palmarés, ganado íntegramente como jugador del FC Barcelona, es apabullante en el plano colectivo y también en el individual. El catálogo de virtudes futbolísticas del rosarino es un manantial inacabable. Como también resultan imposibles de resumir los momentos de felicidad y éxtasis futbolístico que gracias a él ha vivido la afición azulgrana y el amante del fútbol en general. A partir de ahora Messi podría seguir construyendo su leyenda con otro equipo la próxima temporada. Pero hay algo que la historia, pase lo que pase, ya no podrá cambiar: su mejor fútbol, su gran historia de amor habrá sido con el Barça y con los barcelonistas. Aunque se vista otra camiseta y luzca otro escudo en el pecho, Messi debe seguir siendo patrimonio azulgrana. La historia del Barça no se explica sin el argentino y la de Lionel no podrá explicarse sin el Barça. El club azulgrana le ayudó a ser el mejor jugador del mundo y él, a su vez, convirtió, junto a sus compañeros, al Barça en el mejor equipo del planeta.

Sería un error que Messi confundiera a la directiva del Barça con el barcelonismo de millones de aficionados que ahora están en 'shock'. De igual modo, sería también un gravísimo desatino, que vendría a sumarse a los anteriores, que desde la directiva del Barça se dieran pasos en la línea de emborronar la imagen del futbolista, experiencia que el club ya ha vivido con otras figuras emblemáticas de su historia reciente.

La afición azulgrana se merece que el club y el jugador estén a la altura de todo lo excepcional y bello que han vivido juntos y que será irrepetible. El último capítulo de esta historia no está escrito, aún puede que un giro de guion mantenga al astro en el Camp Nou. Pero si no fuera así, Messi debe saber decir adiós con la grandeza del mito azulgrana que es y seguirá siendo, su última palabra no puede ser un burofax. A su vez, el club, ha de actuar con la grandeza de una institución que sabe preservar una figura como la de Leo, que, aun marchándose a otro club, formará parte para siempre del patrimonio intangible de Barça, que es aquello que lo convierte en más que un club. La voz del barcelonismo no puede ser otra que la gratitud. Gracias, Leo