Dos miradas

La herencia

La posibilidad de la prisión para Juan Carlos I aún es muy lejana, pero no el colosal desprestigio. ¿Existe modo de reparación para la Monarquía española?

El rey Juan Carlos celebra un almuerzo el día de su retirada

El rey Juan Carlos celebra un almuerzo el día de su retirada / periodico

Emma Riverola

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El desprestigio de la Corona está llegando a unos límites difíciles de soportar. Las acusaciones de delito fiscal y blanqueo planean sobre Juan Carlos I. Serán determinantes las fechas. Si las fundaciones creadas para tapar el ‘regalo’ de 64,8 millones de euros recibido del rey de Arabia Saudí generaron intereses después del 2014 (fecha de la abdicación y, por tanto, el fin de la inviolabilidad) podría llegar a ser juzgado. En caso de culpabilidad, los delitos están penados hasta con seis años de cárcel.

La posibilidad de la prisión aún es muy lejana, pero no el colosal desprestigio. ¿Existe modo de reparación para la Monarquía española? Felipe VI ha tratado de desvincularse del rey emérito, pero la Corona no son las Cortes ni el Tribunal Constitucional o el Defensor del Pueblo. Una institución heredada únicamente por relación sanguínea está esencialmente ligada al parentesco. Si ya la idea de la monarquía es difícil de sostener en la mentalidad democrática del siglo XXI, la llegada de esta crisis superlativa justo cuando nos adentramos en una gran recesión hace aún más insoportables los privilegios heredados.