EN CLAVE EUROPEA

Reto geopolítico europeo

Banderas de la UE ondean en el exterior de la sede de la Comisión Europea en Bruselas.

Banderas de la UE ondean en el exterior de la sede de la Comisión Europea en Bruselas. / periodico

Eliseo Oliveras

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La gestión de la pandemia ha asestado un duro golpe a la imagen de superioridad de la Unión Europea (UE) y de Estados Unidos, al convertirse en los dos focos con más víctimas mortalesmás de 103.000 fallecidos en la UE (sin contar los 26.000 del Reino Unido) y más de 61.000 en EEUU, según los datos de la Universidad Johns Hopkins a mediodía del 30 de abril. La UE, absorbida por los retos sanitarios, socioeconómicos y democráticos del covid-19, desatiende los aspectos geopolíticos de la pandemia. La división entre los estados europeos, el repliegue interno y la falta de voluntad política impiden a la UE sustituir el ausente liderazgo norteamericano para coordinar una respuesta a nivel internacional y deja el campo abierto para que China pueda desempeñar una influencia clave en la definición del mundo post-covid-19.

La pandemia ha acentuado las tendencias preexistentes. En primer lugar, ha acelerado aún más el deterioro de las relaciones trasatlánticas generado por la actitud del presidente Donald Trump desde su llegada al poder. Los últimos ejemplos son el anuncio unilateral de suspender las conexiones aéreas con Europa sin consultarlo o comunicarlo previamente a sus aliados y el intento de adquirir un laboratorio alemán que trabaja en una vacuna para disponer del monopolio norteamericano de ese eventual tratamiento. Esto se suma a las tensiones por las amenazas norteamericanas sobre los gastos de defensa, el abandono de tratados nucleares clave para la seguridad europea y las sanciones comerciales a productos europeos.

Ausencia de liderazgo de EEUU

La pandemia, en segundo lugar, ha acentuado el aislacionismo de EEUU, ya que en ningún momento Trump ha intentado impulsar una coordinación internacional para hacer frente al covid-19, evidenciando una inédita ausencia de liderazgo norteamericano en un grave crisis mundial. "Es la primera crisis de un mundo posnorteamericano", señala el director del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), Thomas Gomart. La UE, desbordada por la pandemia y desgastada por la crisis financiera, la crisis migratoria y el brexit, se muestra hasta ahora incapaz de liderar una coordinación mundial. La UE se expone a salir de la pandemia "empobrecida, desunida y aún más dubitativa sobre su participación en los asuntos mundiales", advierte Gomart.

El coronavirus, en tercer lugar, ha debilitado aún más el multilateralismo. Por un lado, la suspensión de la financiación norteamericana a la Organización Mundial de Salud (OMS) supone un nuevo paso en la estrategia de Trump de debilitar las instituciones internacionales dentro de su lógica de "Norteamérica primero". Y, por el otro lado, la ausencia de una coordinación internacional efectiva incluso a nivel continental, como la UE, ha llevado a reforzar el papel de los estados individuales, incluso en el seno de la UE. Las principales respuestas a la pandemia han sido nacionales o regionales, no internacionales, lamenta el diplomático norteamericano Richard Haas, autor de A World in Disarray (Un Mundo en desorden).

En este contexto, China aprovecha su éxito en controlar el covid-19 y su dominio mundial en la fabricación equipamiento sanitario y medicinas para promover su liderazgo en la lucha global contra la pandemia e incrementar su influencia política, contrarrestando así el impacto negativo de sus crecientes tensiones con Washington. China respondió a la suspensión de la financiación norteamericana a la OMS prometiendo 30 millones de dólares adicionales, mientras que la ausencia de un gesto similar de la UE hace más patente la debilidad europea en la escena internacional.

Diplomacia de las mascarillas

Respecto a Europa, China fortalece su influencia con vídeoconferencias con los gobiernos de los países del Este, los Balcanes y Grecia (grupo 17+1), la diplomacia de los envíos de mascarillas y privilegiando los suministros comerciales a países a través de contactos políticos de alto nivel, como en Alemania, Francia, España, Italia y Austria, detalla un informe del European Think Tank Network on China.

En paralelo, China ha intensificado su ofensiva diplomática en las redes sociales para promover la actuación del país, contrarrestar los ataques norteamericanos y resaltar los fallos de la UE, cuadruplicando sus tuits en abril, según un estudio de Alliance for Securing Democracy sobre la actividad de 135 diplomáticos chinos. Un informe del Servicio Europeo de Acción Exterior (EEAS) del 24 de abril indica que China no ha dudado en recurrir también a tácticas de desinformación en las redes como Rusia.

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