Parón de actividad

Un cuarto de vida

En este confinamiento global, no podemos pretender hacer las mismas cosas de otra manera, pero después tendremos que encontrar otra manera de hacer las cosas

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ford-almusafes-2 / MIGUEL LORENZO

Núria Iceta

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Hace justo un mes escribía en este diario 'Dos vidas y media'. La idea era que para cumplir con todos los compromisos que nos demandaba la vida moderna necesitaríamos disponer de dos vidas y media. Decía que las tecnologías de la comunicación habían aumentado las posibilidades de hacer cosas pero que nosotros seguíamos siendo los mismos y que si tenía que echar el freno no quería tener que hacerlo sola, sino que fuera responsabilidad de todos. Mucha gente se sintió identificada y eso confirmaba que el problema no era solo mío y que por tanto, la solución tampoco podía pasar solo por mis opciones personales.

Pues bien, <strong>hemos tenido que frenar de golpe</strong>. ¿Quién me iba a decir que pasaría de necesitar dos vidas y media a usar solo un cuarto? La semana pasada fue un ejercicio continuo de borrar cosas de la agenda cuando el problema hasta ahora había sido encajarlas.

En este confinamiento global tanto a nivel personal como colectivo nos hemos tenido que enfrentar a la pregunta sobre qué es 'necesario' o 'imprescindible'. Sabiendo, además, que tal vez habrá quien ni se la podrá formular: porque forman parte del colectivo de profesionales de los servicios básicos movilizados o porque su situación no les permite ni elegir.

Con este cuarto de vida que podemos vivir, no podemos pretender hacer las mismas cosas de otra manera, pero después tendremos que encontrar otra manera de hacer las cosas. El pasado lunes el periodista David Guzman condujo un programa especial de 'Ciutat Maragda' en Catalunya Ràdio bajo el nombre de 'Emergència Cultural'. Después de escuchar tantas voces del sector no me quedó claro si de todo esto saldríamos, en términos de consumo cultural, arrastrando los pies o, como formulaba Josep M. Fonalleras, con el ansia de los caballos en la barrera a punto de iniciar la carrera. Y lo mismo para toda la actividad económica que no hemos sabido organizar de otro modo que alrededor del consumo. Mientras rezo, justicia poética, por que no fallen las tecnologías de la comunicación, ahora que tenemos que hacer menos, deberíamos pensar más.