El camino de la investidura

El tiro por la culata

Después de menospreciar a ERC y de festejar el discurso de la derecha, ahora el PSOE improvisa un `reset¿

Ilustración de Trino

Ilustración de Trino / periodico

Sergi Sol

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Sánchez se la jugó y su apuesta codiciosa resultó un fiasco sin paliativos. Puesto que el nuevo escenario, lejos de resolver nada, lo ha empeorado todo. Mayor debilidad del centroizquierda español y una derecha que se ha rearmado. Tampoco le ha resultado favorable el flanco catalán. Volvió a ganar ERC, con mayor diferencia. Y eso pese a perder dos diputados. Sacaba pecho Miquel Iceta por haber logrado, por contra, mantener los 12 diputados de abril. Pero lo cierto es que fue en Catalunya donde mayores pérdidas cosechó el PSOE y donde mejor resistió Ciudadanos.

El escenario resultante nada tiene que ver con el imaginado por los estrategas del PSOE. Se las prometían muy felices. ¡Qué fiasco! Y va a tener costes. El PSOE lanzó una campaña de tinte patriótico. Cierto es que las elecciones se han llevado por delante a Albert Rivera. Aunque sus votos, por lo menos en España, los ha recogido Vox y en menor medida el PP. Lo peor de esa campaña es que para lograr atraer al votante de Ciudadanos, el PSOE clonó a Ciudadanos. Sánchez cuestionó, por primera vez, la escuela catalana (adoctrinamiento), propuso enderezar el Código Penal para penalizar el referéndum, redujo la cuestión catalana a orden público, asumió las tesis de Rivera sobre la convivencia, cargó contra TV-3, se burló del federalismo del PSC y equiparó independentismo a Vox.

Salta a la vista que esa campaña hoy resulta un lastre para la investidura. Alguien se va a tener que tragar más de un sapo.

Los votos del independentismo

No es la primera vez que Pedro Sánchez muerde la mano que le puede dar de comer. Olvidó pronto que jamás hubiera sido presidente sin los votos del independentismo. Además, Sánchez se montó una precampaña con la exhumación de Franco que más pareció un homenaje al Caudillo. En paralelo, Iceta dijo tajante que no iría a ver a Junqueras a la cárcel mientras el PSOE se jactaba de estar acabando con el independentismo. Pues ahora resulta, paradojas de la vida que, como publicó el prestigioso Bloomberg, el hombre que puede hacer presidente a Sánchez está en la cárcel.  

Durante la precampaña, sacudida por la sentencia del ‘procés’ que ha condenado a cien años al independentismo (con Oriol Junqueras a la cabeza), Miquel Iceta decidió volver a manifestarse junto a la derecha. Erre que erre. Y no era una manifestación a favor de la convivencia ¡por el amor de Dios! Es cierto que esta vez Iceta no repitió el error de los selfis con la derechona. Justificó su participación diciendo que no podía entregar la calle, el constitucionalismo, a la derecha. Sorprende que un hombre astuto y con tanta experiencia no vislumbre que cuando anda a pies juntillas con esa derecha de rancio abolengo, son estos los que sacan tajada. A fachas no les gana nadie.

En resumen, que luego de lanzar por la borda la mayoría de abril, de menospreciar a ERC, de festejar el discurso de la derecha, de buscar con ahínco un acuerdo con Ciudadanos y/o el PP, ahora improvisa un ‘reset’. Catalunya ya vuelve a ser una nación.

Maldita sea. En abril, el camino de la investidura era de bajada, ahora es una cuesta. ¡Que Dios nos coja confesados! Esto se va a poner feo si Sánchez se amilana de nuevo ante una derecha que lo tiene maniatado y no enmienda una estrategia desastrosa. En ERC están muy cabreados con el PSOE y Pedro Sánchez. La confianza está bajo mínimos. Ahora, la decisión de someter a las bases cómo encarrilar la investidura da buena medida de ello. ¿Hay margen para un acuerdo? Haberlo, haylo. Solo que a veces cuesta de ver.