Dos miradas

Como un tumor

Volver como si nada al 155, como una rutina, es dinamitar la esencia de la democracia. Al parecer, la única solución que desbloquea es entender Catalunya como un tumor que se trata sin tacto ni paliativos y con cirugía agresiva

Albert Rivera, en rueda de prensa

Albert Rivera, en rueda de prensa / periodico

Josep Maria Fonalleras

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Las medidas económicas son como el contrapeso necesario del acuerdo que Ciudadanos propone. El grueso del pacto se llama Catalunya y, un poco, Navarra. Es decir, la necesidad de establecer una gruesa línea roja que evite cualquier intento de cuestionar democráticamente el Estado. Es decir, un auténtico pacto constitucional que va más allá de la estricta política cotidiana y se establece como marco mental irrenunciable de las fuerzas españolistas. Renunciar al indulto y empezar a programar la nueva aplicación del 155. Los dos pilares contundentes y necesarios para la investidura de Sánchez.

El indulto no es bien visto por los independentistas, porque implica, como escribía San Marcos, "que el hombre acepte su condición de pecador y se arrepienta". Pero ahora ni siquiera se contempla como una magnanimidad por parte del Estado, un gesto para huir de las cárceles y volver a los parlamentos. El 155 fue un impacto demoledor cuando se activó por primera vez. Volver como si nada a él, como una rutina, es dinamitar la esencia de la democracia. Al parecer, la única solución que desbloquea es entender Catalunya como un tumor que se trata sin tacto ni paliativos y con cirugía agresiva.