El 'Joker', en Venecia

Tengo la impresión de que los miembros del jurado del festival de Venecia no le tenían mucho aprecio a su presidenta, la cineasta argentina Lucrecia Martel. Otorgarle el León de Oro a un previsible 'blockbuster' de Hollywood como 'Joker', en vez de inclinarse por alguna de esas películas iranís o surcoreanas con las que te quedas frito a los 10 minutos, parece una maniobra ideal para contrariar a la señora Martel, cuyas películas también son algo morosas, por usar un término suave. Pero lo de premiar a Polanski por su versión del 'caso PolanskiDreyfuss' ya son ganas de fastidiarla a conciencia, después de que la pobre Lucrecia se negase a verla porque el cineasta polaco es más malo que la tiña (como ser humano, no como cineasta).

Dejando aparte lo de la señora Martel, el León de Oro para 'Joker' ha dejado a cuadros a más de uno. A mí mismo, sin ir más lejos. No es que uno sea fan de esas películas de procedencia exótica, contenido plomizo y escasas posibilidades de ser exhibidas en salas comerciales, pero ¿realmente no había nada mejor que 'Joker' para darle el máximo galardón del festival? ¿Se intenta enviar un mensaje a la población cinéfila? ¿Habían acabado con la paciencia del jurado todas esas películas iranís y surcoreanas de las que les hablo? ¿Se pretende premiar el discutible historial del director de 'Resacón en Las Vegas'? ¿O estamos ante una obra de arte de proporciones mayúsculas?

Quiero hacer constar que, aunque detesto a los superhéroes en general, siempre le he tenido cariño a Batman y a sus némesis, sobre todo el Joker, que primero tuvo la cara de César Romero (en la desquiciada serie de televisión de los años 60) y después las de Jack Nicholson (en los ejemplares largometrajes de Tim Burton) y Heath Ledger (en la sobrevalorada trilogía de Christopher Nolan) y que ahora adopta la de Joaquín PhoenixJoaquín Phoenix, un actor que adoro, especialmente en las películas de James Gray. Pero en mis tiempos -soy de la generación del arte y ensayo- no se premiaban películas como 'Joker', porque se suponía que los festivales se dedicaban al cine como parte del arte contemporáneo y que las producciones populares ya se apañaban con la taquilla. Juraría que entre 'Joker' y los ladrillos iranís y surcoreanos tiene que haber mucho donde escoger.