Dos miradas

Cascos amarillos

Al leer lo de los cascos amarillos para el 11-S pensé que era una broma, pero podría ser que fuera de verdad. Hoy, todo puede ser una broma y todo puede ir en serio

Imagen de la campaña de los cascos grocs de un grupo de Reus.

Imagen de la campaña de los cascos grocs de un grupo de Reus. / periodico

Josep Maria Fonalleras

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Definitivamente nos movemos entre la épica y la comedia, entre la arenga heroica y la cómica bufonada. Entre las interpelaciones emotivas y poéticas y el 'slapstick', aquellas pantomimas del cine clásico, la exageración de las bofetadas que no hacían daño o la violencia desatada de un inocente pastel de merengue depositado sobre el rostro del payaso. Los hay que al menos toman conciencia de ello, como este movimiento que anuncia "mar de fondo" y olas en forma de tsunami. olas en forma de tsunami.Dice el manifiesto que "la autocrítica, la ironía, la creatividad, la diversidad y la imperfección serán nuestras herramientas". Las aprovecho, pues, porque solo con ironía se puede combatir la creatividad de otro movimiento que ahora propone que vayamos a la manifestación del 11-S con cascos amarillos, como "símbolo de la acción no violenta", para  "protegernos de la represión" y, ya puestos, para "construir el Estado catalán independiente" con la 'licencia de obras' otorgada el 1 de octubre del 2017.

Al leerlo pensé que era una broma, pero podría ser que fuera de verdad. Hoy, todo puede ser una broma y todo puede ir en serio. O quizá es la brillante idea del gerente de una cadena de ferreterías en crisis.