El 'top manta'

Todos con las mismas reglas del juego

La ciudadanía ha de tomar conciencia de lo que supone comprar en el 'top manta'

Grupo de manteros abandonando la concentración en Plaza Sant Jaume

Grupo de manteros abandonando la concentración en Plaza Sant Jaume / periodico

Joan Carles Calbet

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La realidad de las mantas llenas de producto gancho en las principales calles comerciales y paseos marítimos es, lamentablemente, una estampa común en muchas ciudades en Catalunya. De la misma forma que lo es en otras ciudades de España y también en muchas ciudades europeas. No por ello debemos aplicar el refrán de 'mal de muchos…'. La manta en la calle es la punta del iceberg de un entramado complejo que requiere la máxima coordinación de todas las administraciones, los cuerpos de seguridad y aduanas.

Si analizamos por qué los manteros siguen al pie de la manta, a pesar del riesgo y degradación que eso les supone, veremos que se produce porque a pesar de todo les supone una forma de ganar unos ingresos que les permiten vivir. Si eso es así, es señal de que muchas personas (turistas y locales) compran producto de la manta. Si las mantas no vendieran, no estarían cada día abiertas. Hay que apelar pues también a la responsabilidad de la ciudadanía para que tome conciencia de lo que significa comprar productos de la manta. Y las administraciones, con la máxima coordinación y celeridad, deben plantear acciones concretas para resolverlo en cada población.

Hemos visto en los últimos años buenos ejemplos, como puede ser el caso de Terrassa, donde el alcalde se propuso erradicar el 'top manta' y lo consiguió. Observamos que hay distintas realidades que, a pesar de tener un origen muy dispar, confluyen en una misma conclusión: coexisten situaciones que eluden el pago de impuestos. Eso supone una ventaja comparativa para algunos, a la vez que también un empobrecimiento de las arcas municipales y estatales; las que tienen que financiar la sanidad, la educación y la mejora en infraestructuras.

La realidad muchas veces va muy por delante de la capacidad legislativa e inspectora. Lo vemos claramente con los nuevos modelos de negocio que ponen en jaque los esquemas tradicionales en muchos sectores. Nos obliga a reinventarnos a todos de manera continua. A nivel regulatorio, siguiendo las directrices de la Unión Europea que aboga por la mínima regulación, hay que buscar fórmulas que incentiven a los empresarios, autónomos y emprendedores que contribuyen al PIB y que generan puestos de trabajo; lejos de penalizar con normativas difíciles de comprender, distintas en cada municipio y que desincentivan el crecimiento.

No ahoguemos ni persigamos reiteradamente a los que tenemos identificados, empresas que son fácilmente inspeccionables y que pagaran las sanciones impuestas para garantizar unos mínimos recaudatorios. Todos tenemos la responsabilidad de hacerlo bien, contribuir al desarrollo de la economía, fomentar el desarrollo del talento, especialmente entre los jóvenes… todos, con las mismas reglas del juego. Con equidad contributiva. Nadie dijo que fuera sencillo, pero la inacción seguro que no es la solución.

* Presidente de RETAILcat.  Unió d'Entitats de Retail de Catalunya.