FIESTA NACIONAL CON POLÉMICA

Trump desencadenado

El presidente de EEUU se sale al fin con la suya al organizar un desfile militar a su medida para la fiesta del 4 de julio

Desfile militar por el 4 de julio en Washington.

Desfile militar por el 4 de julio en Washington. / periodico

Pere Vilanova

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Es cosa sabida que a poco de ser elegido presidente, Donald Trump acudió a las celebraciones del 14 de julio en París, como invitado especial del presidente Macron. Oigan, el desfile del 14 de julio en la capital francesa es una cosa espectacular, las fuerzas armadas en todas su variantes bajando con paso solemne por los Campos Elíseos, el desfile lento de la Legión Extranjera, los blindados, los aviones dibujando en el cielo la bandera tricolor, además de las unidades de países aliados como invitados especiales… Trump se quedó de una pieza y exclamó: “!Yo quiero un desfile igual!”.

Fue en 2017 y Trump se declaró (a la prensa francesa) “ebloui”, deslumbrado. Una cosa a la medida de su ego. Problema: en Estados Unidos el 4 de julio, fecha equivalente, es muy importante, de hecho uno de los pocos puentes festivos (con el 'thanksgiving day' ) muy celebrados, pero nunca se celebra con fanfarria militar. Con poco tacto, todo hay que decirlo, su entorno hizo saber a Trump que esto costaría un dinero y que los sufridos 'taxpayers', los que pagan impuestos, no lo entenderían. Será por dinero, que dirían en el norte.

Como el imperio personal

Siguiendo el programa previsto, los militares  parece que racaneaban, y según estaba previsto se mostrarían solo “algunos poco vehículos blindados” para no  dañar infraestructuras y unos pocos aviones en el aire, en fin, un “si es no es” de desfile. Para Trump, probablemente, demasiado poco. De la misma manera que el presidente se empeña en llevar a su hija Ivanka a la reunión del G-20 en Japón, de manera que nadie sabía que hacer con ella, o afirma que le gustaría nombrar a su hija directora del Banco Mundial porque “se le dan bien los números”, Trump considera que la presidencia de Estados Unidos es parte de la Trump Tower, icono de su imperio empresarial particular.

El 4 de julio pasó este año por un trance especial. Con manifestaciones anti-Trump incluidas, por supuesto. Pero cuidado, van pasando los meses y los años, en nada entraremos en la campaña electoral del 2020, que Trump empezó en enero del 2017, y este señor quizá sea reelegido presidente de Estados Unidos. Él sabe mejor que nadie que ha ido banalizando el listón de lo inaceptable. Vienen curvas.