Análisis

Colau tendrá que mojarse

Un segundo mandato de Colau condicionado fuertemente por Collboni es la mejor garantía de un Gobierno progresista para todos

Colau insiste en un "tripartido de izquierdas" con ERC y PSC

Colau insiste en un "tripartido de izquierdas" con ERC y PSC. / periodico

Joaquim Coll

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La líder de BComú perdió 20.000 votos y obtuvo solo 10 concejales el 26 de mayo, pero tiene a mano revalidar la alcaldía si logra sumar los 8 ediles del socialista Jaume Collboni y, como mínimo, 3 más de la lista de Manuel Valls. En la noche electoral, se prestó poca atención a las palabras del exprimer ministro francés. Tras reconocer sin excusas su mal resultado, advirtió a Albert Rivera de que un pacto con Vox en Madrid pondría fin a su alianza política. Valls recordó a los naranjas de que en Europa sus socios no entienden por qué los liberales españoles no abominan de un partido nacionalista euroescéptico de extrema derecha. Por último, llamó a evitar que ERC se hiciese con la alcaldía de Barcelona solo por haber obtenido 4.000 votos más que la segunda fuerza cuando hay más concejales constitucionalistas (16) que separatistas (15).

En campaña Valls fue muy duro con Colau, un repaso a la hemeroteca evidencia lo impensable que era un mes atrás este nuevo escenario. Pero en política como en la vida siempre es preferible el mal menor. Y aquí es donde ha demostrado convicción e inteligencia, a diferencia del empecinamiento de Rivera que prefiere arrojar a Pedro Sánchez a manos de los independentistas para justificar su absurda estrategia. Valls, anunciando un apoyo sin condiciones a Colau, puede evitar que Ernest Maragall sea alcalde. También Miquel Iceta fue rápido y contundente descartando cualquier pacto con los republicanos y anunciando que el PSC haría todo lo posible para cerrarles el paso.

Al exprimer ministro francés los 'comunes' no van a agradecérselo jamás por miedo al qué dirán en la Catalunya soberanista. Él tampoco lo pide. Pero Colau se equivoca gravemente si no formaliza antes del próximo sábado un acuerdo con el PSC. Los 'comunes' pretenden evitar tensiones internas y externas con la retórica de que la mejor garantía para que alcanzar un tripartito de izquierdas, que todo el mundo sabe imposible, es que ella repita de alcaldesa. Collboni hace bien en ponerla frente al espejo. Esta vez, a diferencia de hace cuatro años, los socialistas no le van a regalar sus votos en la investidura.

Si Colau quiere repetir tendrá que mojarse porque una vez elegida, desde una posición de fuerza, puede seguir insistiendo en que ERC entre también el Gobierno. Los socialistas no pueden correr el riesgo de que les tomen otra vez el pelo. Ya los echaron una vez. Entonces Colau no quiso nadar a contracorriente y se quedó en la orilla mirando como los Asens y Pisarello la llevaban al desastre. Y de esos polvos, estos lodos. Si se atreve a salir de la ambigüedad, el independentismo va a declararle la guerra sometiéndola a un 'pressing 'político y emocional antes de la votación. También después tendrá que escuchar algún insulto de “traidora” por aceptar los votos de “los represores y carceleros”.

Para el constitucionalismo alejar a los 'comunes' del separatismo es una buena noticia tanto como evitar que Barcelona entre en la parálisis del procesismo. Un segundo mandato de Colau condicionado fuertemente por Collboni es la mejor garantía de un Gobierno progresista para todos.