Faltan alergólogos en Catalunya

El 40% de los catalanes desarrollarán una enfermedad alérgica en el 2050. Actualmente, ya afectan a un 20% de la población.<strong> Para muchos, la primavera ha dejado de ser la estación de la alegría y la renovación para convertirse en sinónimo de congestión nasal,</strong> picor en la garganta o conjuntivitis. Pero el polen no es el único agente alergénico común. También los alimentos son los causantes de crecientes patologías. Aumentan los casos de alergia pero, en contraste, la falta de médicos especialistas en Catalunya es alarmante.

Para una población de 7.500.000 personas, la sanidad pública catalana solo dispone de 67 alergólogos y ni siquiera todos ellos contratados a jornada completa. El problema se agrava ante la falta de equidad y de acceso. En Barcelona hay 38 especialistas, frente a los dos de Girona o los cuatro de Lleida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que haya un alergólogo por cada 50.000 habitantes. A pesar de que uno de cada cuatro ciudadanos de Catalunya tiene una enfermedad alérgica, es una de las comunidades de España con menor ratio de especialistas. Son muchos los hospitales comarcales que carecen de alergólogos. Una ausencia que es aún más incomprensible en grandes hospitales como el Hospital del Mar en Barcelona o el Parc Taulí de Sabadell. La falta de especialistas provoca errores y retrasos en el diagnóstico, con lo que se pierde la oportunidad de iniciar los tratamientos de inmunoterapia de forma precoz.

Mientras que en otras comunidades se han preparado para atender unas patologías cada vez más frecuentes, Catalunya se encuentra inmersa en un círculo vicioso. Se forman pocos especialistas porque no se ofertan plazas y no se abren nuevas plazas porque no se llenan. El problema no hará más que agravarse, ya que en los próximos años se jubilarán 11 alergólogos. Los datos son evidentes, no puede alegarse desconocimiento. De hecho, es un problema sobre el que ya se alerta desde hace una década en el sector. <strong>Las alergias se consideran una de las pandemias del siglo XXI.</strong> No solo merman la calidad de vidas de las personas, sino que causan bajas laborales y escolares. Es un auténtico problema social que debe ser afrontado con urgencia, abriendo plazas y dotando a la sanidad pública de los únicos especialistas capaces de tener una visión global sobre la patología.