La espiral

Empieza el juiciojuicio. Volvemos a revivir el otoño convulso del 2017. En realidad, no hemos salido de ahí. Entonces, una espiral de vértigo engulló la serenidad y la cordura necesarias para afrontar los acontecimientos. El juicio coincide con otro momento convulso. Sin Presupuestos, parece más que probable que Pedro Sánchez avance eleccioneselecciones. Lo que venga después puede ser peor, mucho peor. Tres derechas compitiendo por transmitir la imagen del más duro del lugar. Algo muy parecido a lo que ocurre en las filas independentistas. En el mundo de las apariencias, la cesión es pecado mortal.

Mientras, el mundo real continúa. El 'conseller' Bargalló está agitando el modelo educativo convergentemodelo educativo convergente para reconducirlo a épocas del tripartito. Doblar la oferta de institutos escuelas, pagar guarderías, impulsar la escuela innovadora o frenar el decreto de comedores al que se oponen las AMPA y los sindicatos son algunas de sus prioridades. Pero el cambio de rumbo está pendiente de un acuerdo en el Parlament. Y ahí sigue la parálisis política. Pactar presupuestos también significa más dinero para las necesidades sociales. La situación actual solo beneficia a los que han hecho de la tensión su 'modus vivendi' y a los que esperan que el "cuanto peor, mejor" desemboque en una insurrección popular. Un derroche de palabras nobles para ocultar una espiral de autodestrucción que, en realidad, solo traiciona el bienestar de las personas.