La 'a' y la 's'

El Institut d’Estudis Catalans estableció hace unos años cuáles eran las letras que se usaban más en catalán. Ganaron las vocales, por supuesto, y, entre las consonantes, la que se llevó el premio de consolación fue la 's', con el 7,43%. En lo alto del 'ranking' está la 'e', con el 16,01%, y luego la 'a', con el 14,47%. En otro estudio, del Departamento de Matemáticas de la UPC, las posiciones no varían aunque sí lo hace el porcentaje. La 'e' continúa líder, con el 13,89% y la 'a' es segunda, con el 12,55%, mientras que la frecuencia de uso de la 's' aquí llega hasta el 8,43%. Son datos curiosos que divierten y que también son útiles para la ciencia de la criptografía. No sé exactamente por qué son útiles, pero se ve que lo son.

En uno de los retos más colosales de la historia de la literatura, Georges Perec escribió una novela en francés que no tenía ni una sola 'e'. Y en otro reto colosal, Adrià Pujol hizo la versión catalana, esta vez sin la 'a'. Escribo todo esto porque me acabo de dar cuenta de que la 'a' y la 's' de mi ordenador se han borrado. Quiero decir que el símbolo impreso en las teclas que me señalaba que había una 'a' y una 's' ya no está. Las escribo igual, como es notorio, pero por intuición, maquinalmente. O bien son las letras que he usado más (y esto quiere decir que Adrià Pujol tenía razón) o bien se trata de un defecto de fabricación. La 'e', por ahora, sigue intacta.