El modelo sanitario catalán

La necesaria reforma del sistema hospitalario

Muchos profesionales piden replantear el papel de los hospitales y dar a la atención primaria un rol más activo

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Francesca Zapater

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No hace muchas semanas que la atención primaria de salud se situó de lleno en la agenda pública debido a la huelga que protagonizaron sus trabajadores y trabajadoras durante cinco días. La protesta sirvió para poner sobre la mesa varios temas, entre los que se encuentran las condiciones laborales, contractuales y económicas de los profesionales, pero también cuestiones más de fondo como el papel de los médicos de familia en el proceso de atención al sufrimiento y la enfermedad, la relación entre los niveles asistenciales, la calidad de las consultas o los recursos que se reclaman para la atención primaria, en concreto un 25% del presupuesto sanitario. Son temas que afectan al modelo sanitario catalán y que difícilmente pueden ser resueltos con una huelga, pero que son de capital importancia para la población y que como sociedad conviene abordar.

Una de las características de nuestro sistema sanitario es la fuerte presencia hospitalaria, heredada de la red de hospitales comarcales y locales proveniente de siglos pasados y potenciada durante la gestión autonómica de la sanidad, desde el año 1981 hasta nuestros días. Así, en la época de crecimiento presupuestario previa a los recortes, que se produjeron a partir de 2011, en Catalunya se construyeron nueve hospitales, con los que hemos llegado a un total de 65 (aparte de los centros sociosanitarios).

Esta gran red hospitalaria ha originado un uso extenso de sus servicios, según el principio de que la oferta determina la demanda, y ha asumido un conjunto de actividades que pueden ser llevadas a cabo en otros ámbitos de menor complejidad y coste. De esta manera los hospitales se han convertido en el eje del sistema, relegando la atención primaria a un papel secundario, en contra de todas las recomendaciones, incluidas las de la Organización Mundial de la Salud. Además, con la crisis económica se optó por reforzar la atención especializada y hospitalaria, que en el año 2017 ya consumió 56% del gasto sanitario, quedando para la atención primaria un insuficiente 15%.

La mayoría de hospitales son concertados

Nuestro modelo ha interesado a numerosos agentes, fundamentalmente a todo el entramado de entidades concertadas (privadas y otros) que gestionan y ostentan la propiedad de la mayoría de los centros (solo ocho de los 65 son totalmente públicos), y a las industrias de biomedicina y farmacia que tienen su mercado más importante en la medicina hospitalaria. Los resultados no son tan buenos como puede parecer, tal como demuestran muchos autores que han proporcionado evidencias del superior beneficio de los sistemas sanitarios fuertemente basados en la atención primaria y del daño que puede provocar ser atendido en un hospital cuando el problema puede ser resuelto en un centro de atención primaria.

La reclamación de cambio de modelo que se hace desde muchos sectores profesionales, como el Fòrum Català d’Atenció Primària, Rebel·lió Atenció Primària o La Capçalera, y sociales, como Marea Blanca, y que asumieron muchos huelguistas, conlleva pensar en una mejor distribución de los recursos, replantear el papel de los hospitales y dar a la atención primaria un rol más activo en las diferentes tareas asistenciales. Y, por supuesto, más presupuesto.