Opinión | LIBERTAD CONDICIONAL

Lucía Etxebarria

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Merry Christmas, Mr. Egea

Unos niños decroran el árbol de Navidad.

Unos niños decroran el árbol de Navidad. / periodico

En un momento tan duro como el que estamos viviendo, la tentación lógica era hacer un artículo sobre la violencia que sufrimos las mujeres y sobre por qué tanto el asesino de Diana Quer, 'El Chicle', como el asesino de Laura Luelmo, Bernardo Montoya, habían sido ABSUELTOS de sendas acusaciones por violación. En el caso de Bernardo, en el año 2008, sus huellas estaban en el cuchillo que le clavó al perro que defendió y salvó la vida a la mujer que iba a violar. Ni por esas. No creyeron a la víctima.

Pensé también en hablar de perros. En el 2008,  Bernardo Montoya le clava un cuchillo a 'Xurco', perro que intentó defender a su dueña del intento de asesinato y violación. En el 2018, la Guardia Urbana de Barcelona tirotea a 'Sota', una perra que ladra porque los agentes zarandean a su dueño, un 'sintecho' que se sentaba en la acera

Imaginen pues mi estado de ánimo cuando me doy cuenta de que tengo que escribir un artículo que se publicara en… la víspera de Nochebuena. Nada menos. Igual no es momento para hablar de dramas.

Entonces me viene a la cabeza un inspìrado discurso del secretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea: «Somos españoles y estamos orgullosos de nuestras tradiciones, celebramos la Navidad, ponemos el belén y el árbol».

Bueno, pues ya tengo tema.

Corría el año 1970 y tantos. En mi casa se ponía árbol de Navidad. Mi familia es católica, yo voy a un colegio de monjas y los fines de semana acudo a catequesis.

En mi círculo nos lo repiten una y otra vez. El árbol de Navidad no hay que ponerlo. El árbol de Navidad no es español. Es una tradición PAGANA. Fueron los CELTAS quienes decoraron los robles con frutas y velas durante los solsticios de invierno, como forma de reanimar el árbol y asegurar el regreso del sol y de la vegetación. Y, para colmo, son los PROTESTANTES los que potencian esta costumbre. Se cuenta que Martín Lutero puso unas velas sobre las ramas de un árbol de Navidad porque centelleaban como las estrellas en la noche invernal. Por eso la hermana Victoria lo decía muy seria: el árbol, ni católico ni español.

Pero resulta que mis padres habían sido emigrantes... Mi abuela, belga, huyó de aquel país porque allí la veían como extranjera. Esa idea de «Alemania para los alemanes» (y, ya de paso, también Polonia, Bélgica, Austria y lo que podamos arramblar) la excluía a ella, que no era aria.

Ni el belén,
ni el árbol
son tradiciones
españolas, en
contra de lo
que ha asegurado
el secretario
general del PP.
Ni el turrón,
ni la zambomba...

Mis padres se fueron después a vivir a Gales y más tarde a Londres. Y de allí se trajeron la costumbre del árbol que tanto desentonaba en el Madrid católico de los 70, y que, según García Egea, es tan nuestra.

Poníamos belén también, por supuesto. Pero el belén no es español. El inventor del belén fue San Francisco de Asís. ITALIANO. O más bien laziano, porque Italia entonces aún no existía.

Quizá el señor García Egea crea que lo español en realidad es el turrón y el mazapán. Ah, no. Que son dulces ÁRABES, hasta en el nombre. ¿La pandereta? Originaria de MESOPOTAMIA. ¿La zambomba? El propio nombre lo dice: AFRICANA, originalmente llamada 'zimbembo', traída por los esclavos vendidos como productos de lujo en el siglo XV a la nobleza española. No les digo ya Papá Noel, que es una reinvención americana que mezcla a… (agárrense que vienen curvas) San Nicolás de Bari (de origen TURCO), que hace regalos a los niños en Navidad en BÉLGICA (el país de mi abuela), vestido con el traje de los elfos ESCANDINAVOS.

Vamos, que podría ir uno por uno analizando los ritos y costumbres de Navidad y creo que no encontraría ninguno netamente español. Es lo que tiene ser una península. Por aquí han pasado: celtas, suevos, vándalos, alanos, godos, visigodos, fenicios, romanos, judíos, bereberes, almohades, benimerines… y los que me dejo, que el espacio de esta página es limitado.

Así que, querido señor García Egea, usted es descendiente de emigrantes como cualquier español y a saber de dónde habrán venido sus ancestros. Pero como tengo entendido que el partido que usted representa es católico, apostólico y romano, y de eso yo sé un rato (porque quien habitó una vez en lo sagrado, en lo sagrado vive para siempre) le dejo unas bonitas palabras del Papa Francisco en su discurso anual por la paz de este año:

«El terror ejercido sobre las personas más vulnerables contribuye al exilio de poblaciones enteras en busca de una tierra de paz. No son aceptables los discursos políticos que tienden a culpabilizar a los migrantes de todos los males y a privar a los pobres de la esperanza. La paz se basa en el respeto de cada persona».