Una falsa simetría

Messi celebra uno de sus goles.

Messi celebra uno de sus goles. / periodico

Jordi Puntí

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Isco. El nombre aparece en la charla del bar, poco antes de que empiece el partido del Barça, y entonces todo son miraditas. ¿Nos interesa? ¿Le ficharíamos? Alguien recuerda una foto de juvenil en la que el jugador ahora blanco llevaba la camiseta blaugrana... Los culés somos incorregibles y la posibilidad de redimir a un madridista siempre resulta muy tentadora. Las últimas noticias indican que Isco no parece un jugador para el Real Madrid, el sábado ni siquiera salió como suplente ante el Rayo Vallecano... Además, si, como se ha dicho, va a ser el sucesor natural de Iniesta en la selección, ¿no podría serlo también en el Barça?

Sin embargo, cuando por fin vemos la alineación que Valverde sacará en el campo del Levante, la pregunta se queda colgando en el aire. Ni Coutinho ni Arthur en el equipo titular. Los dos jugadores que deberían llenar un poco el vacío de Iniesta, se quedan esta noche en el banquillo, un dato que zanja de inmediato el debate sobre Isco. Al empezar el partido, sin embargo, entendemos que el equipo ha sufrido un 'efecto Tetris'. La baja de última hora de Semedo, por unas molestias, ha redibujado la alineación y el Barça jugará con tres centrales y Dembélé como carrilero por la derecha. "La última vez que Valverde sacó un esquema así", recuerda uno de esos tragatertulias futboleras que hay en todos los bares, el Real Madrid nos dio un baño: en la Supercopa de la temporada pasada...". Estamos de acuerdo en que el dato es irrelevante, por lejano y agorero, y nos fijamos en la simetría del partido.

Pero el balón es de Messi

Hay que alabar como un truco de tahúr el hecho que el Barça se presente ante el Levante con su mismo esquema, que tan buenos resultado le ha dado hasta ahora. Es Batman vistiéndose de Joker para derrotarlo. Antes del silbido inicial, pues, estamos ante una simetría casi perfecta. Once contra once y todos situados en el campo como frente a un espejo. Alguien da el primer pase y podríamos seguir profundizando en las ventajas de una táctica simétrica, pero en realidad hay dos detalles prácticos que echarían por los suelos cualquier teoría. El primero es que el futbol se juega con un solo balón, y nada más ponerse en movimiento se deshace su eje simétrico. El segundo detalle es que el balón es de Messi. Pese a la igualdad del juego, con un toma y daca del Levante y Barça, con un palo del equipo granota, es Messi quien juega entre líneas para deshacer finalmente esa sensación de igualdad. Le basta una leve distorsión: robar el balón y cocinar él sólo la jugada para que Suárez marque un primer gol de mérito. Luego viene el segundo gol, otra acción de Messi, y de repente tras el descanso el partido ya hace bajada.

Al final el 0-5 es quizá excesivo, sobre todo para un juego tan igualado al principio, y más que simétrico es un partido que sirve como aviso. Nos espera una eliminatoria de Copa, precisamente contra el Levante, a doble partido. Empezar el 2019 igual que termina el 2018 puede ser también una buena simetría.

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