ERC y 'comuns'

Una permuta buena para tres

Con el cambio de Maragall por Bosch como alcaldable, ERC quiere comprobar sí puede haber un futuro compartido con los 'comuns' donde haga falta

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Jordi Mercader

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La permuta significa, literalmente, el cambio entre dos oficiales públicos de sus respectivos empleos. Buscar acomodo a un político desplazado de su cargo por el bien de la causa es una componenda habitual, así se forja la disciplina y la solidaridad internas en los partidos, aunque pocas veces con un intercambio tan directo de los empleos.  La prioridad de ERC es la alcaldía de Barcelona y desconfiando de su candidato lo cambia por uno al que cree mejor, ofreciéndole al ilustre defenestrado la silla del saliente en el gobierno de la nación.

Una permuta es cosa de dos, pero en este caso hay una tercera beneficiada: Ada ColauAlfred Bosch perdió claramente en el 2015, aunque siempre mantuvo una gran fe en alcanzar la alcaldía en el 2019. De ahí su oposición abierta a la alcaldesa, a pesar de haber votado su investidura. La distancia entre ambos llegó a incomodar a la dirección de ERC, muy conscientes de la conveniencia de propiciar un acercamiento con los 'comuns'acercamiento con los 'comuns' para ampliar las bases del soberanismo y para ir preparando su abandono del legitimismo de Carles Puigdemont, administrado por Quim Torra.

Los 'comuns' y ERC se hablan mucho. La incertidumbre sobre quién quedará primero en las municipales de Barcelonaquién quedará primero en las municipales, muy igualados en todas las prospecciones, les empuja a establecer una entente para garantizar una alcaldía de izquierdas en la capital, apoyando al candidato que tenga un voto más. Bosch era una piedra en el zapato por sus pésimas relaciones con la alcaldesa. La permuta en ERC agradará y relajará a Colau.

A seis meses vista, Ernest Maragall no tenía ninguna necesidad de perder, todavía, la proyección que le ofrece la 'conselleria'.  Ha pesado más la urgencia de los republicanos de reorientar cuanto antes la política barcelonesa, las ganas de ensayar unas nuevas relaciones con la alcaldesa en lo que queda de mandato, comenzando por los presupuestos, para comprobar sí puede haber un futuro compartido entre Ada y Ernest  o viceversa, y, por ende, entre ERC y los 'comuns' donde haga falta.