Mitin de Marine Le Pen

Valerie y Sergi López

La Francia que no ha vivido el régimen de Vichy, e ignora el colonialismo, encuentra en la extrema derecha la pastilla que la hace salir adelante

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Ricard Ustrell

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Valerie es una chica de 25 años. Hace cola para entrar en el acto de ‘rentrée' de Marine Le Pen, en Fréjus, la localidad más poblada donde gobierna el Frente Nacional. Me acompaña el actor Sergi López, observado con curiosidad por los seguidores de Marine. Algunos periodistas se acercan para preguntarle si le da apoyo, otros se hacen fotografías. Tanto Valerie como Sergi esperan en la cola con la misma impaciencia que tienes el día que te ponen una vacuna. Es la primera vez que ambos van a un acto del Frente Nacional, ahora llamado Reagrupamiento Nacional.

En el exterior del teatro, Valerie me cuenta que tiene miedo de lo que pueda pasar con tanta inseguridad. Dice que Marine es una antisistema y habla como la gente. Pero lo que más le preocupa es su situación personal. Hace dos años que no encuentra trabajo y los otros sí. Y quiere oír las propuestas de Le Pen.

Sergi me señala la primera trampa. Del mismo modo que algunos periodistas de aquí hablan en la primera persona del plural y, por tanto, se hacen parte implícita de la causa o del problema, Sergi me hace notar cómo el votante del FN se separa del conjunto diciendo "los otros". "¿Quiénes son los otros?", pregunta Sergi. "Los que no son franceses", le responde Valerie. "¿Y quién no es francés?", continúa él. Silencio. En el mitin, con un público que aplaude la presencia del partido de Salvini, Marine le responde: "Vienen de fuera, no conocen el país, no hablan nuestra lengua. Y nos quitan el trabajo".

A la salida, Valerie lo tiene claro."Es la mejor defensa a la amenaza". La Francia que no ha vivido el régimen de Vichy, e ignora el colonialismo, encuentra en la extrema derecha la pastilla que la hace salir adelante. "¿Y qué más?", le pregunto. "Es antieuropea y por eso quiere ganar las elecciones europeas". En las manos lleva unos folletos de la Liga Norte y de la propuesta antieuropea de Le Pen. Sergi López está a pocos metros y no la oye, pero en las próximas europeas no parece tener previsto votar.