Institución clave de la industria farmacéutica

'Brexit' y el futuro de la EMA

Barcelona debe pujar con fuerza para acoger la sede de la Agencia Europea del Medicamento

MONTIANO MONTEAGUDO / FCO. JAVIER GARCÍA

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La salida del Reino Unido de la Unión Europea (el famoso 'brexit') supone una auténtica sacudida desde el punto de vista político, social, económico y jurídico. Existen muchos interrogantes sobre cómo va a gestarse la denominada 'desconexión' británica, y entre ellos se encuentra la ubicación futura de los diversos organismos y agencias comunitarias que tienen sede en el Reino Unido. Actualmente, Londres es sede de instituciones comunitarias tan importantes como la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, en siglas inglesas). ¿Qué sucederá con estos organismos cuando el Reino Unido abandone definitivamente la Unión Europea?

En rigor, los tratados de la Unión Europea permiten que, si todos los estados miembros están de acuerdo, los organismos comunitarios mantengan sus sedes actuales en el Reino Unido incluso tras la salida del país de la Unión Europea. Sin embargo, esta parece una opción remota hoy en día, pues la opción más natural y coherente es que los organismos europeos -y con más motivo agencias de la relevancia de la EBA o de la EMA- tengan su sede en territorio de la Unión Europea. De hecho, ya son muchos los estados miembros que han mostrado su interés por acoger las sedes de estas agencias y que abogan además por una transición lo más rápida posible.

Hace escasas semanas supimos que la Generalitat de Catalunya ha creado una comisión de trabajo para impulsar la candidatura de Barcelona para albergar la EMA. La EMA es una agencia de vital importancia para la Unión Europea, pues tiene encomendadas funciones tales como la evaluación de solicitudes de autorizaciones de comercialización de nuevos medicamentos, la monitorización de los medicamentos a lo largo de su ciclo de vida o, entre otras, la facilitación del desarrollo de nuevos medicamentos y su acceso a ellos por parte de los ciudadanos de la Unión Europea.

DECISIÓN ACERTADA

En consecuencia, el impulso de la candidatura de Barcelona es, a nuestro juicio, una decisión absolutamente acertada, pues supondría un importante espaldarazo al sector Life Sciences (industria farmacéutica, productos sanitarios, investigación médica, etc.) español, un sector innovador y de gran valor añadido en el que la industria española es un referente indiscutible de calidad a nivel internacional.

Además, la industria farmacéutica constituye un sector clave en nuestra economía, debido fundamentalmente a su capacidad para generar riqueza y puestos de trabajo cualificado.

La candidatura de Barcelona para acoger a la EMA cuenta con importantes elementos a su favor. En primer lugar, en Catalunya (y en Barcelona, en particular) el sector farmacéutico tiene una gran tradición histórica y es, desde hace décadas, uno de los principales polos industriales de España y de Europa. De hecho, hoy en día Catalunya alberga cerca del 50% de la industria farmacéutica española, incluyendo tanto laboratorios españoles como sedes en nuestro país de laboratorios extranjeros.

En segundo lugar, Barcelona es un importante 'cluster' de investigación en materia de Life Sciences fruto del esfuerzo realizado a lo largo de los años por impulsar la investigación biomédica y atraer talento a la ciudad. Además, Barcelona ya fue candidata a albergar la EMA en 1992, pero aquel proceso finalmente se decantó en favor de Londres. Por último, tampoco debe olvidarse que la capital catalana ofrece un marco adecuado, con unas comunicaciones de primer nivel sobre todo en el ámbito europeo.

DURA COMPETENCIA

Barcelona deberá competir con otras ciudades destacadas del mundo que también han manifestado abiertamente su interés por acoger la sede de la EMA; entre ellas se encuentran Milán, Estocolmo y Copenhague. Todas ellas son ciudades de primer orden internacional y con una importante tradición en el sector farmacéutico. Esta dura competencia hace necesaria la máxima cooperación institucional a todos los niveles (Gobierno, Govern y ayuntamiento de la ciudad), junto con el apoyo proactivo del sector (tanto desde la industria como desde la investigación) y, en fin, también de todos aquellos que nos dedicamos al sector Life Sciences.

Se trata de una oportunidad que no deberíamos dejar escapar.