Puigdemont ya está de moda

A falta de ver qué tipo de caricatura le harán en el próximo Polònia, al nuevo president, Carles Puigdemont, ya le han entronizado -televisivamente hablando- algunos programas de humor y de mordiente. Estamos de acuerdo: por muy importante y principal que sea un político, nunca alcanza la popularidad y la fama completa si no tiene la correspondiente parodia en la tele. En casa de Wyoming (El intermedio, La Sexta) decía Sandra Sabatés, en tono altilocuente: «Es el hombre del momeno. ¡El sábado, un desconocido, y el domingo, presidente!». Sí señora, es prodigioso. Y Wyoming, extasiado ante su mata de pelo, advertía: «¡Qué espectáculo capilar! No sé si es el representante de JxSí o de Just for men. 

Hay analistas que apuntan que no va al peluquero, ¡va a Els segadors!». O sea, bromas, más que humor. El golpe con más intención fue cuando le dibujaron como un singular Moisés queen lugar de separar las aguas del Mar Rojo separaba las del río Ebro. Fue un pellizco a su independentismo confeso, que habrá puesto a Miguel Ángel Revilla de los nervios. El presidente de Cantabria amenazaba tiempos atrás a Artur Mas, y le decía con retranca: «Que no se ponga tonto, ¡que voy y desvío el Ebro!». Hombre, si eso ocurriera, Moisés-Puigdemont siempre podría resucitar aquel faraónico proyecto del trasvase del Ródano y, de paso, daría una alegría al sector negocios de Convergència.

BUENAFUENTE

BUENAFUENTETambién Andreu Buenafuente, en su primer día de regreso a la tele (Late Motiv, Canal+ Movistar+) arrancó su monólogo transformándose en Puigdemont. Agarrado también a esa estupenda mata de pelo, ironizó: «Soy como Sansón (...) Ya me he cargado a Mas y a la CUP». Vale lo de Sansón, y lo de la CUP quizá también, pero eso de «cargarse a Mas» es de una ingenuidad deliciosa. Ya hay quien apuesta, a meses vista, por una resurrección del rey Artur, tan inquietante como gloriosa.

Esta ubicación de Buenafuente en el canal de pago de Telefónica -de audiencias modestas- mi canario flauta la entiende como cobijo, un stand by, quizá a la espera de un regreso a sus orígenes, o sea, a la seva. El debut ha tenido brillantez. Mantiene intacto su ingenio. Ha recuperado el combo musical en directo, cosa muy de agradecer. Consiguió reunir a Fito Cabrales, Carlos Tarque y Leiva,y nos regalaron una estupenda versión de Sixteen. David Bowie, ahora de gira permanente por Space Oddity, habrá disfrutado enormemente.