Lo que parece

Marc Pérez-Serra

Marc Pérez-Serra

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Después de los atentados terroristas del viernes 13 en París a uno le cuesta recuperar el pulso de la vida política ordinaria. De repente el “procés” queda lejos, difuminado tras esta niebla otoñal que nos acompaña desde hace días, empequeñecido, apesadumbrado, cansado y al fondo a mano izquierda. La resolución del Parlamento los desfundó,  amedrentó y los desfiguró. Ahora casi todo parece distinto.

Hablar de lo que acontece políticamente en Catalunya y en España parece ahora poca cosa, una nimiedad comparado con el maremoto que nos ha golpeado y arrastrado de mala manera hasta la orilla estos días. Aún, sacudiéndonos de rastrojos y maderos, aturdidos y con el miedo incrustado en las pupilas,  apenas balbuceamos algunas preguntas y obtenemos respuestas antagónicas.

Agarramos por el cuello a nuestro ejército de expertos y los soltamos ante las cámaras y  las ondas hertzianas. Queremos respuestas pero apenas nos atrevemos a algunas preguntas. Hacemos lo que podemos.

Nos avisan que el frío está al caer y de pronto la campaña electoral  cogerá forma de anuncio de turrón de mazapán y luces navideñas. Y los Rivera, Iglesias y Sánchez empezarán a tomar posiciones para la conquista del pesebre. Y Rajoy a lo suyo,  aparece y desaparece en su eterna parodia malograda de cine mudo. Sospechas generalizadas de que no tiene mucho que decir.

Estos días se habla de guerra más que de elecciones o de proceso independentista. El ataque terrorista del Daesh en París ha removido también el tablero de las percepciones. Nada ha quedado en su sitio desde el pasado viernes y nada tiene el relieve que tenía. La orografía política ha variado de tal forma que los cartógrafos y geógrafos de lo político van a prisa recalculando sus mapas averiados. El seísmo, con epicentros compartidos en Siria y las “banlieues”, han causado una falla descomunal en la tectónica de placas que van desde Europa a Asia Central, pasando por África y con paradas de origen y final en Oriente Medio. Poco es lo que parece.