LA SITUACIÓN BLANQUIAZUL

Sergio, un lujo

MANEL LUCAS

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Incluso cuando el Espanyol perpetra un partido como el de ayer, cada vez que veo una jugada de Sergio García pienso que es un lujo para el fútbol catalán poder disfrutar de él. Ya no se trata solo de su habilidad en el área, sino que, en un equipo tan faltado de organizador como el blanquiazul de estos tiempos, Sergio arranca las jugadas desde tan atrás que en ocasiones se diría que se ha propuesto sustituir a Verdú, a Javi Márquez Iván de la Peña.Decenas de veces me he golpeado el pecho en señal de penitencia por mi escepticismo inicial, que me llevó a considerar exagerados los esfuerzos de la directiva por incorporarle, esfuerzos que incluyeron un viaje relámpago de Collet a Sevilla, y la firma de una cláusula extraña y leonina a favor del Zaragoza. Qué confundido estaba, y qué valiosas fueron todas las gestiones para que hoy podamos tener en el Espanyol a uno de los dos o tres futbolistas catalanes más en forma de la actualidad. Por algo es el capitán de la selección de Catalunya, con todo merecimiento. Difícilmente nadie puede discutir su motivación jugando con la camiseta de las cuatro barras,  algo que, como sabemos, no pueden decir todos los futbolistas que han sido llamados para jugar. Por el bien del deporte catalán, espero que siga en activo muchos años y que sea el capitán de la selección, sobre todo si algún día esta llega a jugar algo más que un partido de diversión.

No quería dejar pasar la oportunidad de lucir mi entusiasmo y orgullo por el futbolista catalán, del Bon Pastor, a pesar de que en este primer partido del año su talento no pudo compensar el ladrillo general del equipo.

ILUSAS ESPERANZAS

El Espanyol volvió a ser ese club que sabe ponernos la miel en los labios para, acto seguido, endilgarnos un cucharón de aceite de hígado de bacalao que nos purgue de nuestras ilusas esperanzas de vivir un período de más de cuatro o cinco partidos brillantes o, cuando menos, resueltos con efectividad. No. Se conoce que eso, hoy por hoy y desde hace ya unos años, es un sueño más imposible que entender un anuncio de coches.

Contra el Eibar no carburó ni la defensa ni el ataque y, créanme, de esta manera suele ser muy difícil ganar, por más genialidades que intentara el capitán. Fallaron los defensas en los dos goles, y no atinaron casi nunca los delanteros en su cometido. Quedó claro que Sergio González trabaja con unos medios tan precarios que cualquier pequeño desgarro en el dibujo principal puede resultar terrible; ayer faltaron Lucas Vázquez Stuani, y el entrenador se vio obligado a montar unos extraños equilibrios para formar la alineación, lo que, quizá, contribuyó al fiasco.

Hay mejores formas de empezar el año; por suerte, solo estamos a 4 de enero.