Cuando los políticos se olvidan de las personas

MANEL FERNÁNDEZ

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Durante los últimos años, he dedicado buena parte de mi tiempo libre a labores de investigación relacionadas con los emprendedores catalanes de finales del siglo XIX y principios del XX. Un estudio que me ha permitido comprobar cómo, en nombre del progreso, la modernidad y la especulación, han desaparecido numerosos edificios emblemáticos de Barcelona. Un ejemplo es el del mítico Auto-Garage Central –todavía recordado por los aficionados al automovilismo–, ubicado en la calle de Aragó, proyectado por el prestigioso arquitecto Enric Sagnier y publicitado con carteles firmados por Ramon Casas. Menos mal que la especulación tiene muchos enemigos en la ciudad: ciudadanos comprometidos que, cuando han visto menospreciado y en peligro su patrimonio cultural por los políticos de turno, se han alzado en armas, como sucedió con la bochornosa operación que pretendía adjudicarle un hotel enfrente mismo del Palau de la Música a un aprovechado especulador.

Sin duda, es muy importante conservar y mantener nuestro legado cultural, de manera especial el industrial y el arquitectónico, pues es una de las pocas fuentes que hoy en día proporciona riqueza gracias a la importante atracción turística que genera; pero no sólo por eso, sino por que quien pierde sus orígenes, pierde su identidad. Es por ello que, a priori, resulta complaciente la obra emprendida, desde el antaño Ayuntamiento socialista, de recuperación para la ciudad de un espacio como el denominado Born Centre Cultural, sobre todo si el mismo contribuye a revitalizar económicamente la zona y, lo más importante, a crear nuevos empleos.

Sin embargo, sobre la puesta en marcha del otrora mercado no es oro todo lo que reluce. Los vecinos se quejan de que el Ayuntamiento no los ha consultado y, como revela Josep Maria Montaner, se lamentan de la pérdida de valores del barrio o de la eliminación de plazas de aparcamiento, sin olvidar las reiteradas y olvidadas demandas a la concejala Mercè Homs sobre la necesidad de reforzar la seguridad de la zona y garantizar el merecido descanso.

A mi entender, y a tenor de su denominación, el Born Centre Cultural debería ser un punto de encuentro donde los ciudadanos de Barcelona pudieran beber y enriquecerse culturalmente y no un lugar para el culto independentista o un escaparate para las pretensiones secesionistas, como así parece ser que se ha dispuesto, con el ya famoso mástil de 17,14 metros de longitud y otras muchas parafernalias, y como se desprende de la intervención de Francesc Homs durante su inauguración.

"Desde un ayuntamiento deben llevarse a cabo políticas pensadas para las necesidades de las personas y no para hacerse propaganda"

No son tiempos para la lírica y los más de 70 millones de euros que ha costado la remodelación de este espacio en los tiempos de angustia y desesperación que viven miles de ciudadanos, no puede ser considerado más que una auténtica frivolidad y un nuevo ejercicio de despilfarro económico, pudiendo señalar al respecto que se han pagado cerca de 75.000 euros por la generosa 'senyera' que preside la entrada del complejo.

En tiempos de crisis, sabiendo que en Barcelona hay más de 120.000 desempleados que a duras penas llegan a final de mes, ¿no se podía haber destinado ese dinero a otras causas más razonables, humanitarias y justificadas?

Si alguien piensa que estas reflexiones tienen tintes de oportunismo o de demagogia, sugiero que se acerque a una oficina de empleo, una asociación vecinal o a una asamblea de desahuciados y vean, escuchen y pregunten. Y si no les estremecen las historias de sus protagonistas, entenderé que aprueben pagar miles de euros por una bandera, emblema, al parecer, mucho más importante que las personas. Yo, obviamente, como ciudadano comprometido y progresista, seguiré velando por estas últimas.

Podemos decir que deseamos ser independientes o que queremos mucho a nuestro país, pero, al margen de las pretensiones de cada uno, desde un Ayuntamiento deben llevarse a cabo otras políticas, políticas pensadas para las necesidades de las personas y no para hacerse propaganda.

(Con el fin de establecer una comunicación fluida con los ciudadanos, y mostrar la opinión de Manel Fernández sobre temas de actualidad, se ha habilitado el blog www.manelfernandez.cat.)