El futuro de un sector básico

Por un gran acuerdo sobre sanidad

No se pueden aplazar los cambios estructurales y de la cartera de servicios y la contención de la demanda

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HELENA RIS

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La grave crisis económica está comportando importantes sacrificios, mucho más difíciles de aceptar cuando afectan a servicios públicos básicos de la sociedad, claves para su vertebración y la cohesión social. Tal es el caso del sector sanitario, que es además un importante motor económico y de generación de conocimiento, investigación e innovación. Este sector ya se vio afectado en el 2010 y el 2011 por unos ajustes presupuestarios de más de un 3% y un 10% que supusieron disminuir retribuciones y puestos de trabajo, sobre todo, de sustitutos y tiempos parciales. La gran responsabilidad de trabajadores y empresas logró hacer este esfuerzo sin afectar a la calidad del servicios salvo la ampliación leve de las listas de espera. También afectaron a la industria farmacéutica y a los proveedores de bienes y servicios, en forma de disminución de precios y retrasos en los pagos.

A PESAR DE estos ajustes, la situación sigue siendo tan grave que otro recorte en el sector parece inevitable dado su importante peso en el conjunto del presupuesto de la Administración catalana: sanidad supone el 30% del presupuesto de la Generalitat. Cuando desde la Unió Catalana d'Hospitals pedimos con insistencia la flexibilización del objetivo de déficit es para no vernos abocados a unos recortes tan drásticos que pondrían en peligro el sistema sanitario y el social y su calidad. Todos los esfuerzos realizados hasta ahora por las empresas y los profesionales con el fin de asumir los recortes con la mínima afectación posible para los ciudadanos no habrían servido de nada.

Debemos ser conscientes de que, según cual sea la cifra del nuevo ajuste y según como se aplique, puede tener unos efectos devastadores e irreparables para nuestro sistema sanitario, que inevitablemente afectaría a la calidad. Debemos ser conscientes de eso todos: gobiernos, empresas sanitarias, profesionales, ciudadanos, así como aquellas instituciones que los representan. A partir de esta conciencia colectiva de la grave situación económica, que no es coyuntural, la única vía posible es encontrar una salida que permita preservar todo lo esencial, y esta única vía posible es la del acuerdo: un acuerdo político, sectorial y social.

Desde el punto de vista político inicia su camino el Pacte Nacional de Salut de Catalunya, en el que participarán la Administración, las patronales, los sindicatos, representantes de los profesionales y los usuarios del sector y los partidos políticos. Pedimos un acuerdo a todas las fuerzas sociales y políticas para recuperar el consenso que permitió aprobar la ley de ordenación sanitaria de Catalunya, lo que consolidó un modelo propio que partiendo de nuestra realidad y tradición ha permitido desarrollar un sistema sanitario de excelentes resultados asistenciales y eficiencia.

Desde el punto de vista del sector sanitario, el acuerdo que reclamamos debe permitir repensar el modelo actual y adaptarlo a los nuevos paradigmas garantizando lo esencial y su sostenibilidad. Esto significa que no se pueden aplazar más los cambios estructurales, de la cartera de servicios, de contención de la demanda y de revisión de la oferta con criterios de coste/efectividad que garanticen un futuro estable y sostenible del modelo sanitario en Catalunya.

Desde el punto de vista social entre patronales y sindicatos, el acuerdo debe posibilitar, entre otros puntos, disponer de un convenio colectivo para el sector concertado, que aporte estabilidad y un mínimo de homogeneidad en las condiciones laborales de los profesionales.

El sector sanitario es un elemento clave de la economía productiva de nuestro país y estamos convencidos de que será un factor determinante en el momento de la recuperación económica. Del total de recursos invertidos en el sistema, un 40% se destina a la remuneración de personal, un 40% a la compra de servicios e inversiones y un 20% retorna a la Administración (Seguridad Social e impuestos). Además, supone el 6% del valor añadido bruto del total de Catalunya.

ESTE GRAN PACTO debe ser fruto de la voluntad colectiva y hay que hacer lo que convenga para preservarlo de la pelea política. Debemos sacar adelante todos los pactos que sean necesarios para superar estas difíciles circunstancias y enfilar el camino de la esperanza y del futuro. Alcanzar un gran acuerdo sanitario es un ejercicio de responsabilidad: hay que alejar la demagogia del necesario debate y centrar la discusión en las medidas concretas que, de manera inaplazable, deben ponerse enmarcha para fortalecer la viabilidad y perdurabilidad del sistema sanitario y social catalán.

Un gran acuerdo es la única salida posible, pero para ello será imprescindible la voluntad, la generosidad y el coraje de todos los agentes implicados.