DOS MIRADAS
Bajo tierra
Las informaciones sobre fugas en oleoductos suelen situarse en Nigeria, Yemen, México o Egipto. La mayoría de las veces, a causa de un sabotaje terrorista o por robos de hidrocarburos. Estos últimos, practicados de forma chapucera por unos paupérrimos habitantes que no se benefician del río de oro que atraviesa sus tierras o perpetrados a gran escala por mafias. En ambos casos, además de enormes pérdidas para las compañías petroleras comportan una grave amenaza para la vida. Tanto de las personas que se exponen a la extracción ilícita de material inflamable como del medio natural por los graves vertidos que pueden ocasionar.
Ahora podemos añadir un nuevo punto en el mapa de ataques a oleoductos: El Rourell (Alt Camp). Los autores del robo perforaron el conducto de acero y provocaron un vertido que estuvo a punto de causar una catástrofe ecológica en el río Francolí. Que posiblemente los ladrones se equivocaran de oleoducto y escogieran el de queroseno -de difícil comercialización ilegal- es tan solo una anécdota, pero quizá no lo sea el incidente en sí. A medida que aumenta la tasa de pobreza del país, también se incrementa el número de personas dispuestas a hacer lo que sea para ganar algún dinero y también las que están dispuestas a comprar combustible ilegal si así pueden pagarlo. Desgraciadamente, existen las condiciones para que se reproduzca el desastre. A dos metros bajo tierra, emerge una nueva inquietud.
- El de la Policía Nacional para los robos en las viviendas: "Si los ves, no toques nada
- Comprobar si mi número de La Grossa de Sant Jordi 2024 tiene premio
- ¿Dónde se baila en Barcelona a partir de los 40 años?
- El primer gran 'beach club' de Barcelona abrirá en junio: así será su oferta
- Pedro Sánchez, en directo | comparecencia y última hora de la posible dimisión
- Alerta de la Policía Nacional sobre una estafa que puede afecta a miles de personas
- Un juzgado de Barcelona concede una incapacidad absoluta a una vendedora con fibromialgia y agorafobia
- El mensaje que manda Hacienda tras devolver el dinero de la renta