Laporta y la justicia

En las tragedias griegas, de vez en cuando, aparecía el personaje conocido comoDeus ex machina, una divinidad que provenía del artificio, para entendernos. O sea, salía de golpe, al final de la representación, un elemento que era ajeno al desarrollo narrativo para solucionar determinados problemas provocados por la propia evolución de los hechos en el escenario. Un dios que nacía de la máquina, pues, de la nada, que venía de más allá de la trama para arreglar los desperfectos ocasionados, el embrollo, el lío.

En la histórica asamblea del Bar-ça del sábado,Sandro Rosellllevó a cabo una actuación de una contundencia retórica impresionante. Para mí que antes había leído (o releído) la eficaz arenga que emiteMarco Antonioante el pueblo romano justo después del asesinato de Julio César. En el drama deShakespeare,Marco Antonio(que siempre tendrá para nosotros el rostro deMarlon Brando) habla del honor deBrutoy de sus excelencias. Cada uno de sus atributos son, al cabo de muy poco, dagas que usa para voltear la situación y empujar a los asesinos deCésarhacia el exilio forzoso. ¿Tendrá el final de una tragedia la coyuntura actual del Barça? ¿Habrá una especie deDeus ex machinaque baje del cielo para desmontar el lío fenomenal en el que se halla inmerso el club? Y la pregunta del millón: ¿de qué manera afectará la vía judicial a la aventura política deLaportay sus pretensiones independentistas?