Albert Agustí: "Convertiremos Barcelona en el Davos del deporte mundial"

--Para que se haga cargo del tipo de entrevista: ¿cómo es que no me ha comentado nada, nada, nada de la última línea de su lujoso currículo: candidato a la presidencia del Real Club de Tenis Barcelona?

--Porque la entrevista no fue concertada por este motivo y, segundo, porque a lo largo de la conversación usted no me ha preguntado. Se acuerda ahora, cuando ya hemos acabado la charla y, sí, me presento porque un grupo de amigos queremos acercar el club a los socios.

--Suena a discurso de Obama, pero le veo demasiado blanco, poco moreno

--Insisto, prefiero no centrarme en este tema, pero, como veo que tiene interés, le diré que en firmas, en avales, vamos 815 a 576 a mi favor.

--De usted sí se puede decir que ha dedicado su vida al deporte.

--No hay nada más apasionante que el deporte. Desde que, en 1988, entré a formar parte de la organización de Barcelona-92, no me he despegado ni un milímetro del deporte, y ahora, desde mi puesto de consejero delegado de Havas Sports, puedo poner en contacto a clubs, federaciones, televisiones, deportistas y organizadores con empresas que entienden que el deporte es el complemento ideal para su comunicación.

--¿Qué ha sido capaz de hacer?

--Pues desde proporcionarle a un ciclista todos los medios para que dé la vuelta al mundo hasta conseguir que el banco Santander entre en el equipo McLaren. Pero ahora estoy a punto de cumplir mi gran sueño.

--Ser el Barack Obama blanco del Real Club de Tenis Barcelona...

--Pues no, no. Quiero convertir Barcelona en el Davos del deporte mundial, hacer de esta ciudad, que desde que organizó los Juegos es una referencia mundial, un ejemplo a imitar de cómo una urbe aprovecha el impulso de unos JJOO para dar 10 pasos adelante. Quiero hacer de la ciudad el punto de referencia para organizar un gran debate, tanto por sus protagonistas como por los temas a tratar y por las iniciativas que surgirán, que ayude al deporte a avanzar en la dirección adecuada.

--Barcelona, Davos, foro, debate, deporte, magnates, empresas, análisis, futuro, propuestas...

--Barcelona ha decidido convertirse, el 27 y 28 de febrero próximos, y durante cinco fructíferos años, en la ciudad donde se citarán desde banqueros hasta empresarios, desde médicos hasta académicos, desde deportistas hasta organizadores, para desmontar la idea de que el deporte siempre ha tenido un comportamiento endogámico: es decir, solo la gente del deporte habla de deporte. El deporte nos une, es una parte fundamental de nuestras vidas, es aquello que hace que se te erice el vello y te abraces al compañero de silla sin saber quién es ni qué hace. Es pasión y, como tal, debemos enfocarla hacia cosas positivas, darle un sentido que vaya mucho más allá de la competición, el espectáculo, la élite, los grandes eventos, los llamativos y vistosos despliegues televisivos.

--¿Cree que toda esa élite querrá debatir sobre las necesidades del mundo, sobre la globalidad, sobre la pobreza, sobre cómo hacer el bien a través del deporte?

--Me encantaría sembrar la duda en ese mundo. Me ilusiona provocar un debate que humanice a la élite del deporte mundial. Me gustaría que alguien reflexionase, en serio, si es bueno o no que la Champions se haya convertido casi en una religión y se vea en todo el planeta. Queremos que se analice si deseamos que los niños crezcan con ese modelo deportivo. Me encantaría que alguien debatiese sobre el ejemplo de Rafa Nadal, un ídolo que ha terminado agotado, exprimido por su deporte, por un calendario suicida, por intereses desmedidos, que le han impedido representar a su país en un evento que le ilusionaba. Global Sports Forum ha de generar un cosquilleo que nos lleve a desarrollar iniciativas que hagan que el deporte participe de un mundo global, ayude a la integración de los desfavorecidos, de los emigrantes, de la infancia y, en definitiva, enseñe más que exhiba.

--Una cosa es el deporte de élite y otra muy distinta, el deporte popular, la infancia, la juventud.

--Los deportistas de élite y, más aún, los grandes eventos --todos ellos, negocios muy lucrativos-- están en deuda con la sociedad y deberían poner en marcha iniciativas que contribuyan a un mundo mejor y más justo. Son los únicos que de verdad pueden lograrlo. Woods, Federer, Nadal, Zidane, Ronaldinho, Etoo, Rossi, Alonso, Gebrselassie, todos tienen sus fundaciones y oenegés a las que ayudan. Ellos nos ayudarán, seguro, a mirar más arriba. Impliquemos a los poderosos, elevemos la ambición de nuestros proyectos, hagámoslos globales, duraderos, y demos sentido a esa ayuda. El deporte puede ser la palanca que nos permita llegar adonde no llegan ni la política, ni el dinero, ni las multinacionales. Por eso este foro ha de unirlos a todos y poner las condiciones para que reflexionen juntos.