LO MEJOR DE LAS FIESTAS

La Mercè: manual de supervivencia

Te detallamos qué hacer, dónde ir y cómo no morir aplastado entre las multitudes

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Albert Fernández

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Para combatir la misantropía inherente a todo habitante de esta ciudad chamuscada, nada como ahondar un poco en nuestra historia y tradiciones. Una vez sepas de la importancia de la recuperación dels gegants y otros bienes gremiales tras la represión borbónica de 1714, te parecerá que la cosa cobra sentido incluso entre los sudorosos apretones de un desfile. Tal vez hasta te sientas más cerca (aún) de ese prójimo que te da con el codo cada tanto, y que pone a su hijo delante del tuyo para saludar a los capgrossos. Y es que no lo olvidemos, estos mitos del folclore les encantan a los niños. No hay excusa que valga cuando toca subirse la criatura a los hombros para seguir al Àliga, el Lleó, la Mulassa, la Víbria, el Drac, la Tarasca, los Gegants de la Ciutat, los Capgrossos Macers y los Cavallets Cotoners, entre otras muchas coloridas y fantásticas especies. 

Desde el momento en que repican las campanas de la Festa Major en la basílica de Santa Maria del Mar, justo después del pregón de Carmena, el viernes, 20, el cortejo inaugural desata un bestiario tradicional en perpetuo bullicio, en un desmadre de danzas, cabalgatas y pasacalles que encontrarás en marcha varios días, alrededor de la plaza de Sant Jaume y la Rambla. Ojo, idea: tómate un tiempo en moldear cartones mojados y hacerte un cabezón bien grotesco. Fijo que te abres paso antes. Desfilando con las comparsas, eso sí.

'Hits' de la imaginería festiva

Si prefieres las cosas con calma, en el Pati Manning (Montalegre, 5) puede verse la Mostra de gegants, y la exposición Dracs i Bèsties de Foc estará varios días en el Born Centre de Cultura i Memòria. Otros grandes hits de la imaginería festiva tradicional son los castellers y los correfocs. Los Castellers de Barcelona celebran su 50º aniversario con una exposición y una espectacular diada, el domingo, 22, con los Minyons de Terrassa y los Castellers de Vilafranca como invitados especiales. 

Lo de los correfocs se lo intenté explicar hace poco a un turista curioso, y el tipo no entendía nada. Yo tampoco, pero si es lo tuyo, por favor vístete adecuadamente para saltar entre chispas por la Via Laietana el sábado, día 21. El mismo día, un poco antes, tiene lugar el correfoc de petits diables para los peques. Por lo demás, concursos de sardanaballs de bastons, tabalades, grallers y conciertos de copla hay tantos, que ya me pierdo. Acabamos de empezar y el programa de las fiestas ya se me llega a los pies, amén de multiplicarse en 60 pestañas en el portátil. Mejor salir a la calle sin más. ¿O te crees que los trabucaires van a esperar a que te despiertes para liarla a tiro limpio, cual antiguos bandoleros?

Conciertos y apretones

Te iba a decir que me da igual a qué concierto(s) vayas, pero mucho cuidado con decir que sí a uno de esos mojitos que te ofrecen por la calle, venidos de quién sabe dónde y ya preparados. Ahora, bien pensado, tal vez sea mejor que te lances a la aventura y pruebes alguno. Esos sorbos pueden darle a la experiencia de atravesar las masas de la humanidad que hierven alborotadas en todo concierto gratis un aire de epifanía loca. A partir de ahí, ya sabes que el mapa de sonidos de la Mercè se multiplica en propuestas y escenarios. 

Todos los medios soltarán aquello de «casi un centenar de grupos de 16 países en 11 espacios diferentes», bla, bla. Lo que es capital es tener en cuenta que este año perdemos el escenario de la Rambla del Raval, aunque a cambio habrá swing habaneras en la plaza Reial. Destacan también las propuestas satélite, descentralizadas y ultra-recomendables del Parc Central de Nou Barris, que programa música clásica, y la Fabra i Coats, con la tercera edición BAM Cultura Viva, un espacio de participación y reflexión musical. 

También me hace mucha gracia que vamos de sostenibles, pero organizamos unos saraos desproporcionados en la playa, con bandas tan aglutinadoras como Dorian, Oques Grasses o La Casa Azul (todos ellos, el viernes, día 20). Es cierto que ver la conga que suelen montar los Da Souza (sábado, día 21) sobre la arena no tendrá precio, y que el anuncio de la cerveza que patrocina estos conciertos es de un hipster impoluto. Ahora hace falta ver cómo deja la playa el personal.

Nombres que apuntar en la agenda

Por lo demás, ya sabes: hay mil conciertos, mucha tela. A ver, te suelto algunos de carrerilla; tú no me hagas caso: saca una cerveza y te lo miras luego bien todo. Mercè Música 2019 nos tiene reservadas citas tan trascendentes como la despedida de las tablas de Pascal Comelade y la Cobla Sant Jordi (domingo, día 22), en el impresionante escenario de la avenida de la Catedral. Otro clásico, Pau Riba, hará temblar el Moll de la Fusta a base de sinuosidades psicodélicas, 50 años después del nacimiento de su mejor disco, Dioptria (viernes, día 20). María José Llergo no es Rosalía, pero también la toca mucho en esto del nuevo flamenco, y erizará muchas pieles en la fiesta de los 25 años de la revista Mondosonoro, junto a Mattiel Derby Motoreta’s Burrito Kachimba (domingo, día 22). 

Y no te voy a descubrir yo cómo de fino y nutrido es desde hace un años el programa del BAM (Barcelona Acció Musical), que para eso está Freire, aunque yo no me perdería la visita de nombres tan grandes como The Wedding Present (lunes, día 23), ni tampoco bandas con menos recorrido pero comparable virtuosismo, como es el caso de Yawners Sara Fontán (ambos, el sábado, día 21), más esas maravillosas apuestas por latitudes distantes, como la sudafricana Yugen Blakrok (domingo, día 22) y la maliense Oumou Sangaré (lunes, día 23).

Ah, y si pese a que la ciudad pete de música, bailoteo y buen rollo, tú no puedes deshacerte del rollo cenizo que te entra cada vez que ves a la peña contoneándose espasmódicamente por aceras y plazas, o te toca al lado el clásico plasta de voz afónica-gutural que no ha callado ni una canción y te está amargando la noche, ya sabes: no descartes el mojito peligroso. Sin riesgo no hay emoción. Ni aventura.

Mercè cultureta

A ti te da igual el país invitado de la Mercè 2019 y toda la mandanga del Any Brossa. Tú lo que quieres es que te dejen en paz y nadie te proponga ir a alguno de esos sitios a tope de gente, aunque sea con un pretexto cultural y distinguido. Mira, te voy a dar unos consejos para aplacar esos morros. Como antídoto pre-fiesta, aíslate unos cuantos días en casa. No hables con nadie, medita en silencio. Si tienes una familia poblada, pasa largas horas en el lavabo, con la luz apagada. Diles cualquier cosa, que la barriga anda suelta. Ya verás como cuando te saquen a la calle no te parece tan mal ver a personas sonrientes de pupilas dilatadas, y te ves capaz de aprender cosas del país invitado de La Mercè, por ejemplo.

Mira, Beirut es una de las grandes capitales del mundo árabe y ha servido de conexión entre el mundo árabe y Occidente. Es una ciudad diversa donde conviven... bueno, eso Ada te lo explica mejor. Vamos a ver qué tal La nit de Beirut en el parque de la Ciutadella (viernes, 20; sábado, 21, y lunes, 22), con actuaciones de Alexandre Paulikevitch y el cabaret Metro Al Madina, entre otros. Si no te va la música, la Filmoteca tiene varias proyecciones dedicadas a la cinematografía libanesa. Ahí dentro se está tranqui; tu butaquita, aire acondicionado y el ronroneo del proyector. Pero no te duermas, que luego estos quieren ir a ver el videomapping de Brossa en la fachada del ayuntamiento, toda la iconografía del poeta visual relacionándose con la música de Julie Reier, en un montaje único. Fíjate en las imágenes, escucha atentamente, cógeme la mano. Verás qué apertura, verás qué respiración. Ale.

Calles y puertas abiertas

Si esta ciudad es una manzana, vamos a darle unos cuantos mordiscos. Te ha sonado a panfleto, ¿eh? Es que a veces cuesta ponerse eco pro-medioambiente y sano sin que quede cargante. Pero la cosa es muy necesaria y tiene sus beneficios, estaremos de acuerdo. No puede faltar esa cara de la Mercè sostenible y callejera, que promueve iniciativas tan resultonas como La Mercè respira a la Via Laietana, un día sin coches (domingo, 22) que sustituye los habituales humos de esa avenida por un espacio verde, con juegos, conciertos y un speaker corner

Si pasas de tanta actividad inclusiva y prefieres comportarte como un genio del mal, siempre puedes hacer sobrevolar tu dron del Lidl y aterrorizar a los asistentes de Mercè Arts de Carrer, 430 funciones teatrales para el público adulto e infantil repartidas en espacios como el parque de la Ciutadella, o a las buenas gentes de Associa’t a la Festa 2019, una megacomunión de entidades centrada en plaza de Catalunya. Suerte con la urbana, por eso. 

Pero déjate de alfombra voladoras y planes maquiavélicos. Apelemos a una vileza más simple: tu tacañería. No vas a poder resistirte a las puertas abiertas que durante la Fiesta Mayor te permitirán entrar por la cara en multitud de museos, como Disseny Hub o el CCCB, con sus expos Feminismes Quàntica, además del palacete Albéniz, el monasterio de Pedralbes o el castillo de Montjuïc, por ejemplo. Mercados y food trucks hay por todas partes, hasta aburrir: modernos, vintage, artesanos, de segunda mano... 

A ver, esos deportistas que quieren salvar su alma a base de pruebas atléticas: atentos, porque este año la Cursa de la Mercè cambia de fechas y se traslada al domingo posterior al final de la fiesta, el día 29. Así que también sirve para cuerpos menos apolíneos, que simplemente quieran purgar y librarse de una buena sudada de todo ese alcohol en vaso de plástico de las noches anteriores. Lo de llegar a la meta, ¡bah! ¿Ves qué bien? Hace un rato querías mandarlo todo a freír espárragos, y ahora alzas la vista, ves unos castellers coronando la cima y sientes una especie de emoción, cierta recompensa, mientras se te deshace el último helado del verano entre los dedos.  barcelona.cat/lamerce/es