Toma pan y moja

La invasión de las ultraempanadas

Ya están aquííí. Hay una invasión secreta en marcha en las calles de Barcelona: las tiendas de empanadas argentinas han tomado la ciudad y no nos hemos dado ni cuenta

empanadas

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Òscar Broc

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Esto de recomendar sitios no es bueno para el coco, lo digo por experiencia. Cuando estás metido en este mundo oscuro, te conviertes en un obseso paranoide y cuando sales a la calle, tu mente solo tiene un objetivo: procesar, memorizar todos los restaurantes, bares y tiendas que se cruzan en tu camino. 

Da igual la calle o el barrio que sea, la compulsión es incontrolable. Cualquier cambio en la geografía de la ciudad, por pequeño que sea, te llama la atención porque siempre estás en estado de alerta máxima. Por eso, créame el lector cuando le juro que hay una invasión secreta en marcha en las calles de Barcelona: las tiendas de empanadas argentinas han tomado la ciudad y no nos hemos dado ni cuenta.  

Barato y rápido

En serio, de un tiempo a esta parte, desconozco si a causa de la pandemia, se han multiplicado exponencialmente los 'take away' de empanadas. Las Muns, La Fábrica, Tío Bigotes, apuesto a que al lector le suenan estos nombres, pues reverberan por toda la geografía de la ciudad. Se han colado con sigilo en nuestros barrios. Pugnan con las panaderías low cost por el control de Barcelona.  

Se sabía que la empanada argentina era producto lucrativo, pero ¿a qué se debe esta expansión fulgurante? Supongo que la pandemia ha puesto en valor un producto que es relativamente barato, rápido de comer y, cuando aprieta el hambre, te sabe a gloria bendita. Seguramente hay muchos más inversores interesados en este mercado… Las teorías se acumulan, pero la realidad es que la invasión de las ultraempanadas nos conduce a dos conclusiones perturbadoras: o vamos camino de una burbuja o los barceloneses consumimos toneladas de empanadas y queremos más. Muchas más. Hasta reventar.

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