Toma pan y moja

Palillos para 'dummies'

Los palillos con muelles tienen un componente de humillación injusto. Te hacen sentir como si llevaras una bicicleta con ruedines en la etapa reina del Tour de Francia

palillos

palillos

Òscar Broc

Òscar Broc

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Llevo años usando palillos en restaurantes asiáticos y nunca he sido capaz de dominarlos. Me desenvuelvo con ellos con cierta soltura, sin embargo me falta la técnica intuitiva, la fluidez de quienes los emplean como una extremidad más. Soy un alumno aplicado, pero nada. Y los más desolador es que, a estas alturas, sé que nunca alcanzaré la plasticidad de los verdaderos ‘senseis’ del ‘chopstick’. 

Los palillos pueden ser un motivo de estrés durante una visita en grupo a un restaurante japonés, especialmente si los usas cada dos equinoccios y tus colegas publicistas comen sushi hasta para merendar. He visto a gente pasarlo mal. Esos ‘nigiris’ que se desintegran en la vasija de soja por una técnica desastrosa de anclaje. Ese arroz que se escurre entre la madera una y otra vez. Esa ‘gyoza’ que se escapa y describe una elipse, hasta posarse en el bisoñé del tipo de la mesa de al lado… 

La newsletter de On Barcelona

Dicen que si activas esta newsletter delante de un espejo a medianoche, se te aparece Pocholo y te lleva de fiesta. Ana Sánchez te descubre cada semana los planes más originales de Barcelona.

Suscríbete

Pinza mortal

Un manejo torpe de los palillos puede hundirte la noche, no obstante, he comprobado que a mucha gente le da reparo pedir los palillos con muelle, esos palillos con trampa que funcionan como una pinza y te permiten capturar los alimentos sin perder el 50 % de la comida en el viaje del plato a la boca. A mi modo de ver, son un invento cojonudo y merecen mejor prensa. 

Por alguna razón, los palillos con muelle nacieron con un componente de humillación injusto. Su aspecto protésico no ayuda, de acuerdo. Supongo que, en cierto modo, te hacen sentir como si llevaras una bicicleta con ruedines en la etapa reina del Tour de Francia. Pero no es tarde para que acabemos con los estigmas palilleros. Cuando el camarero pregunte con sorna para qué novato son los palillos con muelle, gritemos todos: “¡para mí!”. Pinza o libertad. 

Suscríbete para seguir leyendo