SABORES RECONOCIBLES

Casa Ràfols da en el clavo

La histórica ferretería es ahora un restaurante que borda platillos de cocina casera

Casa Ràfols

Casa Ràfols / periodico

Ferran Imedio

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Casa Ràfols fue una ferretería durante 102 años (de 1911 al 2013). Se podrían explicar aquí mil y un historias de aquel comercio junto a Arc de Triomf que ahora es restaurante. Pero en esta página toca hablar de gastronomía. Y de la buena. Porque este establecimiento da en el clavo a través de platillos caseros, reconocibles, de mercado, en los que mandan el sabor y la memoria. En la carta, en el plato de cuchara del día y en las sugerencias.  

Allí podrás probar unas croquetas de jamón ibérico crujientes por fuera y con trozos de jamón por dentro, con un punto cremoso exacto; unas suaves sardinas marinadas acompañadas de escalivada y paté de acetuna; unos calamares en tempura rellenos con las patas del cefalópodo trituradas y cebolla caramelizada; un tiernísimo lomo de vaca vieja gallega madurado durante cinco semanas...

Tampoco falta alguna que otra receta más de moda hoy en día, como un equilibrado y nada ácido ceviche de lubina y aguacate con chile verde y patacones. Todo se hace allí: marinados, ahumados, salsas... También los postres, como el riquísimo arroz con leche que el chef, Txemi Andrés, aprendió de su abuela.

SÓTANO CON COCTELERÍA

El local es enorme y conserva elementos de la decoración original. Cuenta, además, con un sótano que abrirá en breve como coctelería con música en directo. Ese espacio funcionó como restaurante clandestino en los años 40; una de las muchas historias de Casa Ràfols que te pueden contar mientras comes cualquier día de la semana a cualquier hora porque los fogones se encienden de 9 de la mañana a 1 de la madrugada.